domingo, 30 de junio de 2013

Imposible

Ríos de tinta que calman mi sed,
con palabras de otros cuentos que no encontré,
dime si los libros podrás leer,
si tu tiempo no has perdido a mi merced.

Es una amargura terminar,
luego, la espera de adictos al lugar,
no creo considerar su valía,
sino me dicen que gusto el de este día.

Sueños, desamores, amores y opiniones,
que describen lo que veo,
lo que siento del mundo,
y de los demás que me rodean.

No sé si entienden mi concepto,
ni se verán mis sentimientos,
pues de día no me encuentro,
y de noche dejo a la vista todo lo que tengo.

Persuadir para adentrarse,
en un mundo intangible,
donde se hace realidad lo imposible,
aunque no guste al dilema del pasado.

Me alegro de que me veas en cada palabra,
pues es la intención más normal de lo que digo,
pues desahogos de un perdido,
han hecho realidad que cree de esta manera.


Tontería irrelevantes, se escriben esta melodía,
desechos de palabras que no tienen sentidos
pero si eres listo habrás de coger el testimonio
que oculto en estas palabras, y que se encuentra a la vista.

sábado, 29 de junio de 2013

Bésame esta noche

Perderme en tus ojos una tarde cualquiera, eso es lo que me gustaría estos días. Porque todo lo que me rodea parece superficial, y tu mirada después de todo desborda sinceridad. Tus labios son la tentación más tenaz que mis sentidos han intentado soportar, tan carnosos y sensuales, que con los míos los quiero rozar, para expresarte físicamente lo que me haces sentir cuando estoy cerca de ti. Mi corazón se acelera cuando te veo, y el tiempo avanza tan rápido que parece que te vas a marchar, eso me perturba, no me deja disfrutar de tu compañía porque aun teniéndote a mi lado, ya te echo de menos, ya pienso en como volverte a encontrar.

Tu compañía es la bendición más bonita que la vida me dio, pero mis sentimientos me traicionan, mi alma pide paso para escapar, porque el dolor siempre presente me hace temblar, tengo miedo una vez más a fracasar, tengo miedo a perderme en la oscuridad y arrastrarte conmigo. Pero, ¿Qué puedo hacer? Si ya no tengo otra idea que no sea por ti, si ya no veo otras fotografías en las que tu no estés, observándote de lejos espero que vuelvas, y mi vida, vuelve por que no puedo estar sin tu alegría, pues mi incertidumbre me hace débil, porque no sé si tú quieres lo mismo que yo, no sé si sueñas conmigo o simplemente te divierto en la cama. Si es así utilízame como quieras, pero dime la verdad, no juegues con mi vida, no juegues con mi realidad, sabes que te espero más allá de las palabras de negación, pues mi vida es una rueda que gira a tu alrededor desde el momento en que me dijiste que te llamara para comenzar a conversar, sobre ti, sobre lo nuestro, sobre el día en que sonreiré porque tu felicidad me ha contagiado para hacerme despertar.


Dime si todo lo que pienso es una locura, porque no puedo ni apenas descansar, mis temores más sombríos me los tendrás que arrebatar, piérdete conmigo alejémonos de este lugar, donde la vida ha sido deshonesta, aunque lo bendiga por la casualidad de nuestro enredo, bésame esta noche para que pueda soñar, con un mundo en el que ambos no nos volvamos a separar.

viernes, 28 de junio de 2013

Hasta que sea menester

Días difíciles han pasado de largo,
llantos, y decepciones,
largas horas mirando en el espejo,
buscando a aquel que fui tiempo atrás.
No me encuentro y no me frustro,
pues de mi antiguo ser queda lo justo,
He crecido y madurado, poco,
pero el cambio se ha notado.
Amores imposible reclame,
sin darme cuenta que siempre hubo alguien ahí,
a veces lo mejor es mirar hacia los lados,
para ver quién te acompaña a cada paso.
Unos ojos que me admiran,
que me hacen creer en que quizás haya otra vida,
otra forma de ver el mundo,
y que valgo lo que me dicta la sonrisa con la que me acoge.
Bendita confusión que me lleva a rastras,
bendita amargura que me enseño la locura,
la locura de querer estar contigo,
la locura de querer ver el mundo desde tu destino.
Gracias, por las escuchas,
siento la demora,
pero ya he llegado a donde tú esperabas,
y me quedo aquí hasta que me niegues el lugar.
No merecía ciertas historias que venían de atrás,
gente que mil cosas no supo apreciar,
las lágrimas en segundos no tienen comparación,
a mis palabras cuando te pienso y te llevo en mi corazón,
pues los errores no se deben repetir, y tu mi ángel,
que viniste a rescatarme de un infierno de sentimientos cruzados,
que no dejaban dar de mi lo que dios me ha dado.
Te doy las gracias por tu simpatía,
y por devolverme la armonía,
aun no puedo prometerme mi tiempo,
pero si puedo prometerte,
que algún día de mi boca saldrán dos simple palabras,
que tiempo atrás dije a otros labios,
“te quiero”, ojala cuando sea menester,
tú me lo devuelvas.

miércoles, 26 de junio de 2013

Última cena. Parte II

Después de recibir el mensaje ella volvió a su casa un tanto preocupada, llamo a su acompañante de esa noche y no obtuvo respuesta, la noche la paso en vela, apenas pudo dormir, hasta que cuando la mañana asomaba, su café tomaba, en las noticias su acompañante salía, pues de un puente había saltado. Las lágrimas brotaban de sur hermosa cara, como si del Niagara habláramos, y no sabía si la nota que dejo en su chaqueta cuando fue al baño el muchacho había leído antes de saltar, pues sus sentimientos plasmados en papel ahí se describían.

Pero no, nunca la leyó, ya que el policía que lo encontró llevo la carta de vuelta a casa de la joven, ya que al mirar el móvil, su último mensaje enviado y la última llamada recibida a esta chica pertenecía. La carta permaneció sellada toda la noche.

Pasaron los días y llego el día de su entierro, cuando el último adiós, junto al cura ella le daba, antes de poner la tierra por encima de su cuerpo, dejo caer el papel que sus palabras contenía, y aunque el muchacho nunca lo leyó, ella antes de arrojarlo antes los presentes lo leería.

Mi querido viejo amigo, nunca deje de verte como mi gran amor, pero el tiempo hizo que nuestra llama se apagase, pero sé que nunca amare a nadie como te amé a ti, pero ya no eres esa persona que me hacía estremecer y sonreír cada noche al oír tu voz. Tampoco esa persona que me hacía feliz al despertar, cuando cada mañana sonaba un “te quiero”, ya fuera con tu voz o por mensaje, estaba plenamente contigo.

Pero cambiaste, los “te quiero” disminuyeron, las atenciones se desvanecieron, te centraste solo en ti y abandonaste mi amor, por una miseria de trabajo, entiendo que salías cansado, pero yo siempre esperaba con todo mi amor a que llegaras, y sé que sabes que te equivocaste, y aunque en otros brazos me encuentro enamorada, tu amor nunca será sobrepasado, porque eres lo más importante que he tenido en mi vida, y te querré siempre aunque por tu comportamiento en otro cuerpo descanso.

Te dejo esta carta para que entiendas que vale la pena que busques otra mujer y seas como fuiste al principio conmigo, aunque cambiaras ya nuestra historia termino no tiene más caminos, pero te deseo que seas feliz, y pueda verlo con mis ojos, porque aunque no te amé, te quiero, y nunca olvidare las noches que hicimos el amor, hasta caer rendidos, ni las tardes de miradas de las que nunca me cansaba, ni las copas de vino ante la chimenea de aquella casa en la montaña, en la que las noches de invierno se hacían tan mágicas como los cuentos de hadas.

Me despido de ti, ya que cuando recibas la noticia de que otro hombre me hace feliz, te irás, te conozco demasiado, no me dejaras terminar, pero quiero que sepas esto el resto de tu vida, para que nuestros caminos si se vuelven a cruzar, pueda mirarte con una sonrisa y ver que tú también a mí.

                                                                                          Eternamente tú amiga. Espero que seas feliz.

Pd: Nunca olvides el día en que nos conocimos, porque yo nunca lo haré.”

Terminado el entierro la muchacha se marchó, al cabo de unas semana la noticia de una vida en su cuerpo le llegaba, con el hombre que mantuvo una relación en secreto, tuvo un hijo (aunque nunca fue de aquel que aun vivía), y como el muchacho lo llamo, para nunca olvidar, aquel amor que tuvo, por un buen hombre que se perdió en su propio camino. Ella nunca lo olvido, pues en su hijo veía su rostro, que con los años, aquel entuerto se esclarecería, pero a su marido nunca le importaría.


FIN

martes, 25 de junio de 2013

Última cena. Parte I

Me preparo en mi habitación nervioso, consciente de que las cosas que han pasado ya no tienen marcha atrás. Huele a despedida.

Me llamas para confirmar el sitio y la hora, pero no te extiendes como lo hacías antes, que te perdías en mil preguntas acerca de mi día, todo ha cambiado, lo sé pero lo asumo aunque duela.

Son las diez de la noche, y ya estoy cerca del restaurante donde quedamos por primera vez, la situación era completamente distinta, aunque ese día también estaba nervioso, era diferente, me moría por conocerte, ahora me muero por no perderte, aunque los errores que he cometido no tienen disculpa posible, no reprochare que sea nuestra última vez juntos.

Pasados quince minutos de la hora, llegas y apenas dices nada, me saludas con un beso, que sabe a compromiso, y entras sin dar más bola a la situación. Entramos en el local y pedimos nuestra mesa de siempre, que había reservado con anterioridad para esta ocasión, que se tornaba especial por su contenido deprimente.

Nos sentamos y apenas me miras, pides una copa de vino y tu típica ensalada, yo me pido lo mismo, ya que no quiero que me siente nada mal en el estómago, pues sé que cualquier cosa puede pasar. En lo que traen lo que hemos pedido, me preguntas porque las cosas han acabado así, porque he cambiado, antes siempre estaba pendiente de ti y cada noche te hacía sentir que te quería con locura, el tiempo fue apagando esas muestras de afecto, lo sé.

A raíz de eso, cambiaste, y la relación comenzó a enfriarse de manera que apenas una llamada al día nos bastaba, cuando tiempo atrás sino te veía moría ese día, me arrepiento de no ver antes lo que se avecinaba, pues te quiero con locura, pero tú a mí ya no me amas.

Tras esta breve conversación nos traen la comida, tú apenas pruebas bocado, y me sueltas, que si aún te quiero, a lo que yo sin vacilar te respondo que no hay día en que haya dejado de hacerlo, pero me replicas que tú a mí ya no y que has conocido a alguien y que estas enamorada. Mi tenedor cae al suelo, pues mi corazón ha recibido una puñalada de la que cuesta recuperarse, casi me ha dejado sin aliento, menos mal que pedí una ensalada…

Me cuentas lo ocurrido y el tiempo que llevas con ese secreto, pero no comparto tu relato, mi mente se ha ido a otro lado, lo siento, no te ignoro, simplemente no me interesa, me levanto de la mesa, dejo el dinero de la cuenta, y me marcho lejos de ti, pues no quiero saber de tu persona en estos momentos. Antes de irme me reprochas que no suelto el móvil, espera. Voy al baño y me lavo la cara, vuelvo y recojo mi chaqueta.

Salí del bar, melancólico subía la calle,y como si de una película se tratase, de otro bar colindante salía una melodía de jazz, que llenaba mi corazón de amargura, las lágrimas me salían y no viniste detrás, no importa nunca sabrás lo que lamento haberte defraudado.


Ya sin ti, no tengo nada por lo que vivir, y me despido con este mensaje que he escrito en mi teléfono, para dejar constancia de lo vivido, pues en mi cuerpo se escapara la vida, en un momento, lamento mi cobardía, adiós querida mía, ya que sin ti no quiero la vida.

Enviado…

lunes, 24 de junio de 2013

Apago el teléfono

Apago el teléfono, no quiero saber de nadie
pues me jodió lo que paso contigo,
siempre pensando que serias mi amiga
¿para qué?
Si de pronto, me olvidaste y me dejaste vacío,
nadie me dice los motivos,
y yo vivo para entender que provoco tu “Adiós”.
No sueño porque me robaron la alegría,
no lloro porque mis sentimientos volaron cuando tú te perdiste,
en verano el calor, no me hace efecto, pues aun siento frió,
por qué en el descontrol de mi existencia, tu voz era la única guía que tenía,
ya que los caminos que recorrí anteriormente estaban en un mundo sombrío,
ni pena ni gloria, ni destino ni pasado, solo una llanura eterna,
en la que no había sensación de cambio,
en la que los recuerdos se perdían, entre ilusiones,
entre pensamientos, en un mar de tinta,
donde no existían plumas para plasmar palabras de auxilio,
para pedir socorro, ante la pesadumbre de la causa pendiente,
que desbarataste cuando te hiciste intermitente,
en una mente en la que se diseco el presente,
en un cuerpo que envejece por segundos, en vez de por años,
un ser que ya no es consciente de que sin la muerte no hay vida.
Mi corazón marchito ante tu partida, por una mujer que no recorre ningún camino
sin dejar atrás un rastro de sangre, que provocaste cuando me hiciste tal herida,
que no cicatriza y me succiona cada gota hasta caer rendido en el pantano de los tiempos perdidos,
donde tu verdad salió una mañana y termino dándole sentido a mi fallecimiento,
donde no me echaste de menos, ni me echaste de mas,
simplemente me obviaste, lanzándome al mas allá.

domingo, 23 de junio de 2013

Sin control del futuro

Un día a la semana me encuentro perdido, y me siento en una nube, que va a la deriva por los cielos dando esperanza a mi desvario pues en mis sueños nunca esta nada en el olvido.

Recorro miles de poblados, desde los cielos, observo las sonrisas de los aldeanos, trabajando en sus labores, sin importarles el mañana, pues su día es perfecto y el futuro, incierto, no se molestan en la osadía que tenemos algunas personas de quererlo controlar, ya que es imposible, dominar lo que no ha pasado, solo es una ilusión que nos hemos creado para no tener miedo a lo que se avecina, pues mañana puede ser el último día, o el primero del resto de tu vida. Piénsalo, pero no le des muchas vueltas, pues en mi nube sigo viendo los mares y montañas que me ofrece mi visión privilegiada, donde el mundo no me esconde nada.

Disfruto del presente, y me deleito de las vistas, vacas y ovejas en los prados, dromedarios y camellos en los desiertos, cabras en las montañas y delfines saltando a ras del mar que gran momento. Pero luego, algo me perturba a lo lejos, nubes negras se aproximan, llega la tormenta, el miedo me domina y salto al vacío por miedo a vivir esa agonía….

Despierto, y reflexiono sobre mis sueños, pues volví a caer en querer controlar mi futuro, pues nunca sabré si a la tormenta sobrevivía, miedos que no entiendo, me frenan, no lo comprendo.


Me levanto de la cama y salgo a ver el mundo como si en mi nube aun siguiera, observando cada detalle para retenerlo en mi memoria, aprender y seguir aprendiendo, vivir y no parar de hacerlo, y el futuro a cada paso, que si llega en la vida otro fracaso, poder afrontarlo con valentía y si las cosas acaban torcidas no poder arrepentirme de nada y gritar ante las puertas del infierno que vivir, no fue un castigo, fue un paseo que di en compañía en tanto tiempo que no puedo arrepentirme de haber visto aquellos ojos de la niña que conquisto todo mi tiempo y me hizo desvanecerme entre miedos que hoy comprendo, fueron necesarios para aprender a querer y a sentirme vivo una vez más.

sábado, 22 de junio de 2013

Impedimentos

Primero, resulto ser la distancia, que nos separaba entre dos puntos aislados, que en aquel entonces mi yo pasado, ni por regalado esos kilómetros hubiera recorrido, pues por vago e ignorante, miedoso y deambulante perdí, despertarme algún día, y ver que eras tú mi abrigo.

Aun así, tú la saltaste e hiciste por verme, decepcionada te hice sentir pues yo no di mi brazo a torcer con respecto a esos términos, pero al conocerte sentí una conexión más allá de lo que puedan expresar las palabras. Me sentía en compañía, por una mente que me comprendía, a pesar de otro impedimento que era tu estancia en este mundo pues más corta que la mía había sido, aunque tus palabras daban tintes de madurez innata, donde me perdí por tus ojos y acabe en mil preguntas, pues a este loco, lograste cautivar en un suspiro, pero por miedo a abrirme, para no sufrir, deje que te fueras y no volvieras a verme de la misma manera.


Pero el tiempo ha pasado y sigo sabiendo de ti, no me importa el fracaso si el futuro me da otra esperanza, no pido una oportunidad, pues creo que eso ya no es menester.  Y no, aunque no me doy por vencido ya que considero que tú siempre has sido, la persona que mejor entendería mi forma de ser, que conocería perfectamente mis miedos, pues por lo que sé, los compartimos, pero ahora no se puede, ni se debe, ya que entre los dos siempre ha habido un sinfín de impedimentos que no consiguen bajar mis brazos, esperando a que un día lejano u próximo los baje para abrazarte y nunca soltarte.

viernes, 21 de junio de 2013

Contradicciones

Esperando, no tengo remedio,
en el silencio absurdo que me encuentro,
la tempestad me ha atrapado,
entre alaridos en los sueños que comparto con mi almohada.

Sonrió y lloro casi al mismo tiempo,
no entiendo las razones,
pero, no descarto ilusiones,
que provocan desavenencias, que algunas palabras marchitaron.

Por ti, por mí, quien sabe,
nunca cuento los momentos,
en los que un suspiro delato un sentimiento,
ni los sentimientos que ya perdí porque, no eres más que un recuerdo.

Cierro los ojos, y no puedo,
no puedo recordar el sonido de tu risa,
ni el tacto de tus labios, me desespera,
porque no cumplí mi palabra, pues apenas me acuerdo de tu existencia.

Adiós, te dije,
pero cuando me alejo me reclamas,
aunque de nada te sirve, porque de lejos,
ya te observo en el tiempo, y sé que no eres para mí.


Tal vez te arrepientas,
y ardas en remordimientos,
no importa el consuelo que te infunden mis palabras,
pues hoy alzo el vuelo hacia otra dirección junto con el viento.

jueves, 20 de junio de 2013

Mas vale pedir perdón, que permiso

No pienses demasiado como hacer las cosas, pues lo importante para aprender es equivocarse, no dudes en
llevar a cabo un plan aunque veas que es descabellado pues si no lo intentas nunca sabrás si hubiera funcionado y es mejor tener la certeza del error que la duda entre el fracaso y el éxito.

Vivimos tiempos en los que cada uno debe emprender su camino, sin mirar atrás en lo que respecta a la protección que teníamos antes, sin mirar que dejas en el sendero cosas que tu sonrisa dominaba, y tus lagrimas ahuyentaba, aprende a vivir.

Aprende a vivir, pero hazlo a tu manera, no mires a los demás, ya que muchos lo harán mejor que tú, sin embargo, otros lo harán peor, pero no debes aprender de los errores de los que te rodean sino de los tuyos propios y así forjarte como una persona diferente que puede aportar tanto a los demás como aprender de ellos.

No pienses, VIVE. No sueñes, ACTUA. No esperes a ver venir las oportunidades, sal a buscarlas, sino te llegan, te llegaran, sino te acompaña la suerte, compénsala con esfuerzo, y al final cuando recojas los frutos de tus acciones notaras como tus sensaciones, antes negativas, se transforman en energía positiva.


Sal y mira como amanece, espérate en el mismo lugar a ver pasar el día, y mira como el sol se despide de ti, de tu compañía, pues así es la vida, todo sigue un rumbo, y nunca es el de retorno, más bien es una línea recta que esta pensada para que los recuerdos te enseñen como saltar los obstáculos, para equivocarte y saber realizar tareas más complejas, para mí, que me considero un ser diferente, tengo un pensamiento similar al resto, en el que muchas veces es mejor pedir perdón, antes que permiso. Pues el sol nunca pide paso, simplemente sale cada día igual que se va, y a nadie le rinde cuentas.

miércoles, 19 de junio de 2013

No me miras

Te sueño y no me miras,
eres mi monotonía en el pensamiento,
Me despojaría de ti si pudiera,
pero, ¿Qué me quedaría?

Te sueño y no me miras,
pierdo el tiempo en tus ojos,
sin entender que los míos te añoren,
y que los tuyos no se den cuenta de este amor que me atormenta.

Te sueño y no me miras,
¿Por qué vivir sin escuchar tu risa?
Si es mi medicina en esta vida,
vida que tú manipulaste para perderla en la orilla después de remar hasta tus labios.

Te sueño y no me miras,
me resigno, pero no te olvido,
amarte fue un regalo,
decirte, adiós, es un dilema que solo mi corazón entiende.

Pasa el tiempo y no sé si miras,
otros labios me consuelan,
me doy cuenta de su amor y lo respeto,
pasando de pañuelo, a sentir verdadero.

Te veo y al final me miras,
pero ya tu mirada no me desconcierta,
el tiempo que perdí en ti ya no me compensa,
y el adiós de aquel día, hoy te digo, será mí recompensa.

martes, 18 de junio de 2013

Dormir en la nevera

Esperando unas palabras que me lleven a soñar, desespero en el intento de volver a caminar por un sendero iluminado por las esperanzas y la realidad, en la que aún no me adentro, por miedo a fracasar.

No digo a nadie lo que pienso, eso es algo mío, mejor lo escribo y si te interesa la lectura de mis palabras, te lo cuenta.

Vivo el minuto adelantado del día, perdiéndome el momento en el que vivo, porque no puedo mirar en el instante ya que perdí la noción del presente, y también suspiro por el pasado. Así, asustado del futuro y nostálgico con el ayer, mi vida se pierde los matices que me ofrecen los días que vivo.


Cada noche antes de dormir, si es que me duermo, pienso en poder congelar el tiempo para observar lo que me rodea, y no perder detalle de lo que importa, hasta tal punto, que para poder parar todo lo que entiendo, me he planteado dormir en la nevera para enfriar mi cuerpo y ralentizar el tiempo para fijar en mi mirada, el destino que mi letargo me depara.

lunes, 17 de junio de 2013

Amanecer

De su nacer avisan los cantos,
que despiertan a todo aquel
que anhela jugar un papel,
en el devenir de su historia.

No cesa en su empeño de mostrarse,
ni deja de darnos oportunidades,
aunque a veces no sabemos
que siempre podemos intentarlo.

Me alegro pues hoy podré ver uno nuevo,
las ocasiones no las he contado
de nuestros encuentros,
pero me prometo que desde hoy no me pierdo ni uno más.

Diferentes perspectivas
para ver su sinfonía,
del romántico al aventurero,
da lo mismo su esplendor es magia desde el inicio de los tiempos.

Por eso cuando lo contemplo
me siento sereno y uno más en este infierno,
su luz rebaja la pena,
nos da esperanzas para empezar una nueva condena.


Ojala pudiera verlo con aquella que me roba mis sentidos,
aunque le robara el protagonismo
me perdonaría
la belleza repartida, compensa perder a una de ellas de vista.

domingo, 16 de junio de 2013

Gota a gota, olvido

Yo no sé si es verdad que el amor nos deja estúpidos, pero realmente he comprobado que rebaja la inteligencia, y nos hace perder nuestra libertad, para amarrarnos en nuestros pensamientos a las cadenas que se desprenden de su concepto en nuestro pensamiento.

“Fuera de aquí” le digo cada día, pero se niega, joder, a ver si me olvido de su carita de ángel que me perturba cada mañana cuando no la veo por ningún lado, y me pierdo buscándola hasta tal punto que despierto en un banco cualquiera pues por ella, mis sueños, me hicieron convertirme en un sonámbulo que busca a su musa desesperadamente, que no distingue lo real de los ficticio, vaya suplicio.

Pero eso tiene que terminar, las fotos que me quedan las borrare, su número desaparecerá de mi agenda, y su imagen no será portada en mi cabeza.


Aunque me cueste desprenderme del sentimiento más bonito que la vida me enseño, el sendero del olvido, sin temor, he de emprender, pues silencios más finos que la soledad he vivido cuando en la cama contigo estaba, y solo escuchaba mis propias palabras, ya que por ser ciego, no vi venir que tu pasabas de todo, metiéndome en acordes que no sabía tocar, para entre las cuerdas del amor perderme y no poder regresar, sin realizar desbordamientos de mi memoria, para ver si por fin gota a gota, mis defensas me ayudan y rechazan tu existencia.

sábado, 15 de junio de 2013

La arpía

Hace tiempo en un lugar que nadie deberías recordar, un muchacho intentó la épica.

Su nombre no reconocerías, y su imagen no era importante pues su hazaña aunque valiente, no se recordó como grande, ni siquiera importante, más bien es cuestión de ser inútil. Todo comenzó una noche en la que aquel muchacho se dirigía a un concierto en su ciudad, la emoción le nublaba el sentido, era su grupo favorito y su entrada había adquirido meses atrás, así que llevaba un tiempo soñando con ir a ver el espectáculo que aquella entrada le daba derecho a abordar. Pero en el camino, surgieron imprevistos, pues una de las muchachas de aquel lugar, le hacía perder la cabeza, y no contaba con encontrársela llorando, pues entrada no tenia, y quería entrar a cualquier precio, así que actuaría como una arpía, convencida de que el muchacho la ayudaría.

-          * Hola, ¿Vas al concierto? –dijo la muchacha-.

-          * Sí, claro aquí tengo la entrada –respondió el muchacho-.

-          * Llevaba tiempo pensando en invitarte a venir conmigo pero me daba vergüenza, no tenía entradas, y no sabía si a ti te gustaba. Y después del concierto estoy sola en casa es una lástima que no podamos luego venir a pasar la noche juntos –la muchacha buscaba la vuelta a ver si caía el joven-.

-          * ¡Vaya! Lástima no quedan entradas, pero cuando acabe el concierto podría llamarte, y vernos –el muchacho no era consciente de la mala fe de la cría-.

-          * No creo, estaré durmiendo si fuera al concierto volvería excitada, pero él no ir supone una decepción así que no saldré de la cama –dijo haciéndose víctima-.

El muchacho que era virgen, vio su oportunidad en su mano derecha, donde su entrada tenía, sopeso dársela y esperar, pues escucharlo por fuera, podría ser su consuelo, si esa noche le da al tema sin recelo.

-         * Te daré mi entrada, y te esperare aquí afuera, cuando salgas compartiremos lo que con ansias hace tiempo espero, que es pasar la noche contigo, así que toma y no demores pues el concierto en poco tiempo comenzara –el muchacho convencido de enternecer su corazón dio su entrada-.

-         * Gracias –respondió y corrió a la puerta sin voltear la cabeza-.

El muchacho que pecaba de confiado se acercó a la valla y escucho un tanto desconsolado la melodía que desprendía aquella valla que era la única visión que tenía. Pasaron unas cuantas horas entre canciones y pensamientos que discurrían en su cabeza acerca de aquella muchacha, el concierto acabo y se dirigió a la puerta. Los minutos corrían y el rostro de la aquella chica no se veía, ni su silueta a lo lejos, ni su caradura en reflejos.

El muchacho espero y espero, hasta que aquella muchacha apareció en los brazos de un garulo, que dentro conoció, el muchacho destrozado, volvió a casa desilusionado, pues fue capaz de ir a reclamar su dinero, pero en su cara se estampo la negativa de aquel garulo protector de la decencia de la arpía seductora. Unos minutos tardo en recuperarse entre personas desconocidas que cuando su historia contaba, las burlas llovían en modo de carcajadas, para colmo de camino a casa vio la luz a lo lejos de la habitación de la muchacha, se distinguían las sombras, para rematar la faena, cuando por debajo pasaba su ritmo aceleraba, porque los gemidos le recordaban, que fue tonto por confiar en una dama, así que el muchacho llego a la casa, y miro su mano derecha, donde su entrada había estado horas antes, esa misma mano le proporciono un desahogo, que los gemidos de aquella arpía, le hicieron que su imaginación volara. A la mañana siguiente aprendió la lección pues al próximo evento compraría dos entradas, pues mas solo en la calle no se quedaría pues él quería ser participe en la consecución de los gemidos. Porque de una mujer nunca más se fiaría.

viernes, 14 de junio de 2013

Entre mis sueños

Te alejas y no te alcanzo, es un infortunio. Me acerco, desapareces, y en mi soledad me quedo llorando por tus besos. No es posible navegar por un mar de lágrimas, si el silencio, no empuja la vela hasta tu puerto. 

No quiero despojarme de tus recuerdos, pues sobre ti descansa mi presidio, tampoco albergar esperanzas en vano, pues contigo me elevaba sobre los muros del destierro, que ahora en tu ausencia, intento cavar, pues las alas que robaste se convirtieron en garras que hacen daño, y permiten abrirme paso aunque sea creando caminos por debajo de la tierra.


No quiero sutilezas en la despedida, pues no es más que un adiós que no deja indiferente a mí ser. Si quisiera encontrar tesoros, ya lo habría perdido, porque en tus manos deje de ser un mendigo, para convertirme en tu protector en las noches de frío, e intente y fui, alguna vez tu abrigo, ese abrigo que ahora cuelga de un armario en tu alcoba, donde me guardaste sin avisar, que el dolor era parte del olvido, el olvido que me devasto, y rompió en mil pedazos las teclas del piano con el que te compuse sinfín de melodías, las cuales aún recuerdo cada vez que quedo contigo donde único te encuentro, allí, en algún lugar, entre mis sueños. 

jueves, 13 de junio de 2013

Lagrimas en la almohada

No se puede remediar sentir dolor en ciertos momentos de la vida en que la situación te supera, en donde la situación se hace insostenible, para entender, que es lo que te pasa por la cabeza en cada momento… pues a cada momento el pensamiento cambia.

Envejecemos, despedimos a personas, fallamos en nuestro camino, acertamos en algunas decisiones, cumplimos algunos sueños, etc… eso nos convierte en una onda que se mueve entre la felicidad y la tristeza, a un ritmo tan vertiginoso, que es casi imposible mantener una estabilidad emocional de manera permanente.

Las decisiones de ayer, puedes que no las comparte tu “Yo” de hoy, y las de mañana no esperaras haber cambiado de respuesta, la vida es un sinfín de experiencias que cambian pedazos de tu personalidad, la amolda a las circunstancias que te han tocado vivir. Normalmente, se suele aprender más de las decepciones, que de las alegrías, pues el dolor asusta, y eso, no quieres volver a repetirlo.


Y al final llegas al punto de no retorno, al punto de querer deshacerte de todo lo que eres, de todo lo que fuiste, y reinventarse para ser un nuevo ser, que pasea por el mundo, una nueva idea, un nuevo comienzo, pero antes de ello, pasaras, por derramar lágrimas en la almohada, desde la soledad, en la honestidad que te sugiere la noche.

miércoles, 12 de junio de 2013

Lluvia en la ficción de lo irresponsable

La primera vez que la vi, mi corazón se detuvo. No podría explicar la sensación que ella me inspiraba, pues era poesía en cada rincón de su cuerpo, humedecido por la lluvia, la cual nunca olvidare.
Cada día que pasaba me paraba tras las esquinas a observarla, siempre inocente, pues era admiración lo que me abordaba.

No sabré a ciencia cierta, si el amor a primera vista existe, ni tan solo si me fije en la belleza que frente a mí se dibujaba esa corta semana. No importa. Ella era inspiración para escribir relatos de amor imposibles, e historias en donde las princesas son tan hermosas que el autor exagera con cada palabra.

Recuerdo el día, en que la conocí, perfectamente, fue una casualidad que la encontrase en una verbena, en la que su orgullo me perdió durante horas, hasta conseguir que un beso ella me diera. Aunque conseguí más de lo que buscaba, pues un modo de comunicarme con ella se fue conmigo y la alegría que siempre te deja la de un primer beso.

Las semanas siguientes, fueron irreales, no quedaban dos amigos ni dos enamorados, ni siquiera dos conocidos que se interesaban. Nuestra reunión simplemente se basaba en un beso inesperado, que dio razón a la curiosidad de tal suceso. No me arrepiento, aunque luego se marchase sin darme demasiados argumentos, su razón tendría, pero yo, que por aquel entonces no lo sabía, la maldije hasta que el olvido me desato de sus cadenas.

Años más tarde en épocas de incertidumbre y oscuros días, mi vida estaba a punto del desorden psicológico  que yo mismo me había buscado, y aunque había recibido ayuda de factores exteriores, y estos, me condicionaron mi vida hasta el punto de vivir en una abadía que me apresaba con mis demonios, y evaporaba mis sueños que desarrolle cuando era un infante.

Pero apareció ella, de nuevo, y cambio el sentir de los días, convirtiéndose en el sol que alumbraba mi vida, extirpando la oscuridad que en mi interior se extendía.

No quiero caer en tópicos de enamorados, ni zarpar a la creatividad de mi memoria en un barco de vela, ni volar con una alfombra al pasado donde me abandono de mala manera.

El sentimiento que me arropa es irresponsable, insensato, y peligroso. No soy persona estable que domine sus instintos, es más, soy loco, me muevo por impulsos, y ella es y era, fuego que me da calor, pero también que quema, haciendo que este testarudo, muera en la orilla de su cintura en la que alguna noche se perdió.

Sé que solo yo tengo este sentir, y que ella no me pertenece ni me pertenecerá nunca, no soy digno de su agrado. Me equivoque en algunas cosas en el pasado, y tengo que arreglarlo por mí mismo, pues ella es la esperanza que se me dio, para vivir por un sueño una vez más.

Tal vez, no piense en ella durante el día a día, pero cada vez que me siento a escribir mis pensamientos, se convierte en la idea principal de mi cuento, en la musa de mis delirios, y es la persona que más me gusta que me lea. Es tontería, pues vivir así es contradictorio, soltar una idea amarrada a una cuerda, no es más que seguir pensando pero evitar que alguien lo vea.


Y aunque no toda la culpa es mía de la distancia, no me quedare tranquilo sabiendo su ignorancia, pues su culpa en mi enredo también tiene, por haber hecho cosas que no se deben cuando ante un corazón débil te detienes. No guardo rencor al abismo que se creó por su causa y consecuencia, pues con cariño aun la intento cuidar, aunque primero tenga que aprender a cuidarme a mí mismo, que aunque egocéntrico se me cree por todos los costados, soy la única persona a la que he dejado de lado. 

martes, 11 de junio de 2013

Tropezar con una piedra

Ojala que volvieras a tener un momento conmigo, pues aunque pase el tiempo no me importa, no lo olvido. Terminar de esa manera no fue adrede fue a mi manera, no me porte nada bien y me arrepiento de haberte tratado como un agregado en mi camino y no como la persona que merecía estar junto a mí en el destino que hubiéramos forjado, si no te hubieras empeñado en desconfianzas que amargaban y agobiaban el día a día.

Reconozco que fuiste buena conmigo, aunque tus mentiras fueron artimañas que nadie debe utilizar para estar con alguien, pues quizás esa persona tenía otro concepto para llegar a enamorarse de ti en cualquier momento, pero tu comportamiento consiguió el efecto contrario, pues tu desconfianza me contagio pensando de ti que no eras lo que a simple vista se veía. Te termine viendo como una arpía.


Manipulabas, no lo niegues, y casi acabas conmigo. Tú lo sabes no es mentira, no fui un santo pues me daba igual mientras tu llorabas yo vivía la vida a mi estúpida manera. Lamentarse es inútil pues lo pasado queda escrito en la memoria y no cambiara por mas días que añadas en tu vida. Y hoy por hoy en el sendero que recorro te siento como una piedra en la que no volver a tropezar. Aunque algún día no me extrañaría volver a pecar.

lunes, 10 de junio de 2013

Cobardía en el infierno

Caminando por una calle un muchacho muy miedoso, paseaba tembloroso pensando que le saldrían misteriosos espectros por el pueblo.

Aunque asustado, el muchacho no se rindió y siguió su camino hasta su casa que vivía con su familia desde 
el principio de sus días. Pero cuando abrió la puerta se llevó la sorpresa, su familia asesinada y en el medio solo había una nota en un hacha. “Si quieres que vuelvan adentrarte a las puertas debes”. El muchacho resignado se dirigió a mil caminos que no había recorrido, miles de senderos en los que ninguna puerta vio en la que adentrarse. Volvió a su casa después de unos años de búsqueda por el mundo, y se dio cuenta que en su casa había una puerta que nunca había estado entre las ventanas que daban a la terraza, pero esta puerta por dentro eran escaleras hacia adentro de la tierra.

El muchacho ya llevaba varios años de cobardía, pero por su familia perdida le nació en su corazón la valentía para en las puertas adentrarse y a su familia de entre los muertos poder traer una vez más. Bajo las escaleras, que llevaban hacia la tierra, sus barandillas eran de fuego iluminando el camino, pero los escalones eran altos y era peligroso bajarlos sin apoyarse en ninguna parte, así que el muchacho durante horas bajo despacio para no tropezar, ya que en sus viajes la paciencia aprendió a utilizar.

Una vez llegado al subsuelo de la capa terrestre se encontró en un pasillo que estaba impregnado con el olor de la muerte, habiéndolo reconocido de su salón el día que espera con su hazaña dejar en el olvido. Esto no frenaba al miedoso muchacho que parecía una nueva persona, parecía un héroe de la antigüedad, pues recorriendo algo similar al inframundo como Hércules se sentía, pero en vez de a cerbero se encontró con un portero, que le decía que si pasaba, al mundo de los demonios se adentraba. La irrealidad del portero salvaguardando la entrada, le hizo pensar en si vivía hace tiempo dentro de un sueño, pues al pasar la puerta vio a miles de demonios en una llanura bailando al son de sus gritos, y bebiendo de la lluvia que caía, mas esa lluvia era sangre. La perturbación de la imagen se colmaba con los demonios copulando de cabo a rabo sin mirar si alguien más observaba, pues una orgía demoníaca en el lugar se plasmaba.

Atravesó el valle y su mente no se estabilizaba pues la imágenes que había vivido no quería que fueran recordadas, por lo que se dio un cabezazo contra la pared en busca de su muerte, para poder salir de aquel peligroso y mental presidio en el que sospechaba que estaba, pero nada más lejos, pues la sangre frotaba de su cabeza y el dolor dejo claro que de un sueño no se trataba. Y resignado siguió el camino para a su familia rescatar de las manos de un asesino que vino del más allá.

Al pasar el mal rato, vio a su familia en un reloj de arena, su familia abajo y la arena cayendo hasta casi cubrirles las cabezas, y el asesino que Belcebú se llamaba, ni un respiro al muchacho le daba, pues si quería que su familia viviera él debía cumplir la eternidad en el infierno, pues era el precio a pagar.
El muchacho que era miedoso en un principio, se pensó en el entuerto, pues en el infierno la eternidad era una tormenta más grande que vivir sin su familia en el mundo mortal que no es precisamente de ensueño. Después de un rato se dio media vuelta y se marchó para su casa, se negaba a pasarse la eternidad en el infierno por su familia, pues sino querían morir haber cerrado la puerta, ya que tanta valentía iba a acabar con él, en un castigo que no tenía profecía, por lo que se marchó de aquel oscuro lugar para volver a su casa a descansar.

El muchacho despertó a la mañana siguiente y siguió con su vida, aunque cada noche los gritos de su familia soltándole improperios escuchaba, él estaba vivo y la vida no lo castigaba.

domingo, 9 de junio de 2013

Insomnio

Maldito insomnio, que no me deja descansar, y me encierra en los días que debería espabilar. Ojala hubiera una explicación para describir el mal funcionamiento de mis horas de sueño, la mala conducta en mis hábitos de recuperación, pero solo puedo achacarlos a mis defectos sociales que me consumen cada día en silencio por dentro.

La solución es lógica, pero compleja, no se puede reventar de un plumazo algo que lleva años en tu vida, que hasta hace poco no diste cuenta que era un problema.

Maldita casualidad que me diste alas para escalar hasta la mitad del pozo, y luego me las quitaste para acabar más hundido si cabe. Maldita vida que te empeñas en encerrarme en la oscuridad para recrearme cada día nuevos sueños, que se borran con el paso de los segundos en el reloj.


No se puede permitir que la falta de descanso acondicione mi tiempo, pues ahora que más lo necesito he de salir y luchar por algunas cosas que debería haber pensado antes, que por estas circunstancias me estoy ahogando en una cama donde reina la ausencia de esperanzas.

sábado, 8 de junio de 2013

Causa-efecto

No pudo escuchar su último suspiro, pero si los dos últimos latidos de su corazón, ella yacía en el suelo en sus últimos segundos de vida. El mendigo no podía soportarlo, había apuñalado a una mujer inocente por cuatro duros para drogarse. Él nunca había sido mala persona, pero la desesperación a la que estaba siendo sometido, le hizo actuar sin pensar más que en el propósito y no en las consecuencias. Se levantó y comenzó a huir lejos de la tortuosa imagen de aquella mujer asesinada por sus propias manos, lamentando cada segundo de lo sucedido y arrepintiéndose de toda su vida, la cual le había conducido a sostener el cuchillo que daría fin a la existencia de una mujer, que simplemente pasaba por el lugar equivocado en el momento más trágico de la historia del mendigo.

Corrió y corrió sin fijarse demasiado por donde huía. A lo lejos comenzaban a sonar las sirenas de los coches de la policía y ambulancias, incluso se distinguían alguno gritos que provenían de su pasado más cercano metros atrás. Pero tan intuitiva era su huida que no callo en el pensamiento de que las sirenas estaban más cerca de lo que su concentración le remitía a su cerebro, por lo que llego a un cruce prácticamente desorientado, sin mirar a ambos lados atravesó ese negro y peligroso rio que representa el asfalto, hasta que escucho con firmeza que a su lado derecho, una luz roja, otra azul, se acercaban a él violentamente. El mendigo acabo tres metros delante de las luces que provenían de uno de los coches de policía, sin vida, el policía encargado de conducir se encargó de ver si estaba bien, pero el mendigo ya no tenía vida, tenía el cuello roto, su rostro dibujado de culpabilidad, que se hizo más fácil de ver cuando un testigo, lo señalo como el culpable del asesinato. Aun así era la primera vez que el policía veía un cadáver de cerca, esa noche tuvo que ver dos, acababa de salir de la academia, no tenía demasiada experiencia. Volvió a casa perturbado por las imágenes que le había tocado vivir, pero era una persona fuerte y le respaldaba su esposa con la que había contraído matrimonio recientemente. Le contó
a ella, que le había tocado ir a la casa de la mujer para decirle a su hijo de quince años con el que vivía sola, que su madre había sido asesinada por un mendigo que vivía desesperado en las calles, el muchacho le culpo, por permitir al mendigo recorrer con total libertad el mismo mundo que recorre la gente decente, aunque se lo tomo como un arrebato lógico de miedo ante una nueva situación para el muchacho.

Al cabo de unos días recibió la información acerca del entierro de la mujer, el policía entregado, decidió aparecer para dar el pésame a la familia, fue una ceremonia normal, en un cementerio extenso rodeado de césped y tumbas, el ataúd bajaba lentamente en su agujero, igual que las lágrimas de los presentes por sus mejillas. El policía fue uniformado ya que le cogió en horas de servicio, diviso al muchacho que días atrás le había dado la noticia, le hizo un gesto, se dio media vuelta y se marchó. El policía, cuando se dirigía a su coche, noto que se le recortaba el peso de su cadera derecha, donde estaba su pistola, se dio la vuelta para reaccionar pero era demasiado tarde, el muchacho le había disparado por la espalda atravesándole el corazón, y automáticamente el mismo muchacho se voló la cabeza con el arma.


Horas más tarde en casa del policía, se recibió una llamada del médico que había dedicado unas pruebas a la mujer del policía, estaba embarazada, no cabía en su gozo, su felicidad era desmesurada pues estaba casada con el hombre que amaba e iba a tener un bebe con él, pensó que nada le empañaría su día. Sonó el timbre, ella fue con una sonrisa a abrir pensando en el policía, pero esta vez era otro policía con la nefasta noticia, se desplomo en el suelo, pues era insoportable su dolor, estuve meses en psicólogos hasta que nació su hija, la cual le devolvió la sonrisa, y la llamo Alhora, aconsejada por la psicóloga ya que su hermana había muerto hacia unos meses a manos de un mendigo, cuando iba a la comisaría para denunciar los malos tratos de su hijo.  La mujer se centró en su hija por su marido, el cual había sido víctima del causa-efecto que a veces se da en la vida de manera trágica.

viernes, 7 de junio de 2013

Las escopetas somos así

Cuando dentro de unos años recuerde los momentos que viví cuando pase de los veinte, me daré cuenta de la grandeza de nuestros acontecimientos más sonados.

Nunca imaginaba como acabaría cada día que me reunía con los clave en la locura, pues las escopetas de repente estaban con una caña, de repente en el sur viviendo como podíamos, césped, coches, hamacas en las playas, todo valía para descansar y seguir dando la cara, no es que este orgulloso de nuestros nefastos planes absurdos, pero la diversión y la emoción de lo desconocido hacía que cada minuto acompañado de los que nunca se retiran, fueran diferente de lo esperado.

Mucha gente con poco se queda en tierra, pero en este caso eso no era nunca un problema, pues de la nada sacábamos alguna idea que revolucionaba los planes, hasta el punto que teníamos de todo menos vergüenza. Y si, si le preguntas a cualquiera te diría la realidad de lo que aquí relato, que éramos unos locos desvariados que vivían del impulso y no tenían freno en ninguna hazaña.

Una vez salimos a tomar algo y acabe en un avión para otra parte del mundo con poca idea de lo que nos deparaba y mucho arrepentimiento cuando tocamos la otra tierra, pero a la vuelta unos recuerdos que siempre quedaran marcados, y plasmados en las fotos que nunca borramos.

Otra vez, un día como hoy, como otro cualquiera… nada especial. Me desperté y me conecte al Facebook, un mes después acabe en Ibiza con el resto de la manada, con todos los lujos que
podríamos desear, incluso más de uno fue bestia por una noche, unos chupaban limones, otros bebían agua salada otros, sin embargo, tiraban de morderse el labio para liberar la tensión que Ibiza te infunde en el cuerpo y la mente. Que decir, no me arrepiento de ninguna tontería que haya cometido con esta gente, y creo que es fácil reconocer la autenticidad de las personas con las que viví, revivo, y reviviré cada vez que nos juntemos porque compartimos una etapa de descontrol que muchos quisieran.

Las historias si no se olvidan nunca mueren.


Podrán tacharnos de miles de cosas, muchas buenas, otras tantas malas pero solo se puede resumir nuestra juventud con una simple frase “las escopetas somos así”.

jueves, 6 de junio de 2013

No existe el arte

Oigo el sonido del mar en primavera,
Jugando a que salto desde una nevera,
Averiguo la flor que no le di aquella tarde,
La miro de lejos observando sus alardes.

Añoro el silencio de sus descansos,
Vuelo como un pájaro que ella convirtió en manso,
Olvidando que es tenerla entre mis brazos,
Le insistí a que me hiciera ignorante en mí fracaso.

Verla escribir es mi maldición como amigo,
Iría por ella para cumplir mi castigo,
Estando en su pecho bebí de lo prohibido,
Rompí barreras  en mi mente cuando estaba dormido.

Ajeno a tu llanto morí de anhelarte,
Solo en mi cuarto sin ti, no existe el arte.

miércoles, 5 de junio de 2013

Para mí, la lluvia

Siempre recuerdo cuando era un niño las tardes de lluvia. Cuando escuchaba el fluir de sus aguas por mi calle no podía simplemente ignorarlo, pues corría para observar como caían aquellas lágrimas del cielo, cuando imaginaba de pequeño que el cielo estaba triste, bendita inocencia.

Ahora conozco el proceso de la lluvia de manera científica, aunque con algunas lagunas he de reconocer. Pero aún sigo teniendo ese punto inocente que me hace ver la lluvia como un delirio triste del cielo, un factor romántico para las parejas que se refugian de su torrente. ¿Quién no recuerdo algún beso bajo la lluvia?


Bajo la lluvia tengo mis mejores recuerdos, la primera vez que vi a un gran amor, el beso con lágrimas que nunca nadie vio, porque una historia terminaba, y nunca se repitió.


La lluvia, motivo de nostalgia para mí, ojala en algún momento vuelva a vivir con alguien ese sentimiento que me acoge cada vez que mi ventana las retiene para que yo las pueda admirar. Volver a vivir un amor tan grande que sienta que el tiempo siempre me va a faltar para verla una vez más, en fin, ojala la lluvia me traiga a la última persona que bese bajo ella.

martes, 4 de junio de 2013

Desierto

Después de pasearme toda mi vida por un bosque de caminos enrevesados e ilusiones por todos lados, acabe en un desierto, en un mar de dunas donde predominan las dudas.

Camino por él, buscando alguna ruta de escape, pero todas las travesías se hacen una, lo que hace imposible avanzar hacia destino alguno. Me pierdo entre este mar amarillo que no muestra cambios de textura, el sol pega fuerte, y mi esperanza se escapa de mí, por los poros, en forma de sudor.


No desistiré en abandonar este claro, pues la vida no termina hasta que no respiras, pero sinceramente este desierto tiene toda la potestad para acabar con mi existencia si así lo decide mi determinación. Avanzo y avanzo, nada cambia, subo y bajo, nada cambia….


Cansado me siento, y alzo la vista hacia las interminables dunas que a carcajadas se ríen de mí, que me he rendido, aunque a lo lejos, veo un manantial, pienso que mis ojos me engañan, pues cuando los froto, desaparece, malditos espejismos, me desplomo, me duermo y la arena me traga para formar parte de ella. Y ahí en ese instante todo termina, la vida se consume, porque no pudiste con la adversidad, muerto en vida, pero ojala la arena se atragante conmigo, pues la resurrección puede que llegue a mi otro día.


lunes, 3 de junio de 2013

Inesperada en la corte

Siempre me llamo la atención su mirada, su cara de yo no sé, su labios que gritaban “bésame”, por lo menos en mi imaginación así era, pues era la perfecta armonía entre pensamientos, de realidad y fantasía. Quizás en mí se había creado una epifanía de lo interesante del dilema que suponía ella en la irrealidad de mi memoria.

Vi de repente su figura, no daba crédito,  no entendía el motivo,  nunca me había fijado en la simetría de su cuerpo, miles de dudas me asaltaron, ¿Saludarla? ¿Para qué? No podría contarle a ella lo que mi imaginación descubrió de su cintura tan perfecta e irresponsable, tanto como saltar de un trampolín que no tiene visibilidad alguna.

Lo siento si me desmadro pues por esa vista sufrí un descalabro, soy persona como otra cualquier y mis ojos en ella, joder, que no había manera de sacarlos de su rica belleza,  ni aunque me quemaran en el pecho con una vela que gotea cera, cera que abraza, como yo abrazaría ese monumento que por dios juro, que  aun adormecido sé, que no arrancare de mis sueños más controvertidos.

domingo, 2 de junio de 2013

Carpe diem y sus consecuencias


A todos nos ha pasado alguna vez despertarnos un domingo cualquiera con recuerdos difusos, una sensación de vergüenza indescriptible y una necesidad de beber liquido por la deshidratación que provoca vivir el momento sin pensar en las consecuencias, esas noches que tendemos a la autodestrucción, sabemos de lo que hablo, maldito alcohol y sus complementos.

Todo comienza con una llamada o un mensaje, el plan se empieza a construir días antes o incluso a veces sale espontaneo e inesperado,  la mayoría  de destrucciones empiezan por una cerveza, en mi caso. Llegas a un bar o a un emplazamiento para el botellón,  las charlas con los amigos son unas de las mayores responsables de las consecuencias, pues entre recuerdos y anécdotas, las cervezas pasan a contarse con los dos dedos de las dos manos si es que la necesidad de una copa no ha llamado aún a la puerta, y ahí, comienza el descontrol.

Comienza el descontrol porque las conversaciones se tornan extrañas, cada uno añade su visión personal del debate desde un punto de vista es mucho más efusivo al que tenía cuando exponía tiempo atrás, los vasos llenos ya no duran lo mismo, los mecheros se hacen extrañamente más complejos,  para los fumadores el consumo de tabaco se vuelve más dinámico y común, más de lo que nos gustaría pero con todas las cartas sobre la mesa se acerca el momento de tomar rumbo hacia el destino.

Empiezan las disputas sobre cómo llegar, quien carga las cosas, todos llevan sus armas en la mano y no están dispuestos a llevar el escudo, pues a quien no le gusta ir con una mano suelta por si te caes. Se arregla la disputa, con el típico que aún está en sus cabales y decide tomar el mando cargando él mismo, cosa que para el resto es motivo de mofa pero ¿Qué hubiera pasado sin él? Pues seguramente que se llegaría cinco minutos más tarde nadie deja las botellas o lo que traigan atrás. Incluso a veces en raras ocasiones, más comunes de lo que la gente reconoce, por el camino ya se han quemado las bolsas provocando cierta tensión en el ambiente.

Por fin llega el momento de entrar y entonces….
Levantas de la cama  (Y ¡GRACIAS!)
con los síntomas anteriormente citados, recuerdos de muchas caras y algunas palabras que preferirías que no estuvieran ahí, vas hacia el ordenador, está encendido, los temores aumentan, no coges ni el móvil hasta pasadas unas horas ya que el whatsapp y el alcohol son mejores amigos pues el alcohol te da el genial consejo "míralo y di lo que piensas" por ese demonio verde, la gente te entiende ¡Una mierda! Cuando por fin echas el valor y coges el teléfono ves una serie de improperios hacia tu persona, que bueno, es menos de lo que te esperabas que alivio, pero mejor lo borras y haces como que no ha pasado.

Llega la noche del domingo y te dispones a dormir, das las gracias porque empieza una nueva semana, e intentas olvidar un poco arrepentido pero con una sonrisa, las cosas del carpe diem y sus consecuencias.

sábado, 1 de junio de 2013

Borrachera llegada desde Londres

Ahora me encuentro escribiendo en un estado que no comprenderían los abstinentes, una sensación de euforia, en el que todo es posible, y si, escribo esto por no aguarle la noche a nadie en el whatsapp, aunque hay muchas cosas que me gustaría decir.

He querido a muchas personas y ellas me han querido a mí, he dado todo lo que tengo y perdí todo lo que fui, pero no pasa nada pues no guardo rencor, me han rodeado de palos y de caricias, de carantoñas e injusticias, pero siempre sabiendo de los que me aprecian, lo hacen por mi bien. Los demás, sinceramente, me la sudan.

No quiero, querido lector, que me entiendas, pues tu opinión no me llega, pero quiero que sepas una cosa. Si esto perdura mas allá del tiempo aunque acabe mi vida, que sepas, que viví a mi manera, viví como quise y tal vez disfrute mas que cualquiera. Conseguí miles de sonrisa y provoque algunos llantos, a esas personas les pido perdón, no soy perfecto ni siquiera yo me aguanto, pero si he de decir algo sensato, cuando quise a alguien, también lo odie, y siempre en mi mente descasaran las intimidades que nadie nunca sabe.

Para mi familia el amor, para mis amigos los recuerdos, y para mi corazón noches de invierno pues cada dama que me deslumbraba, hasta ahora resulto ser una rana, pero siempre mi rana, y aunque fuese efímero, por el hecho de que acabase, no me arrepentiré nunca de ello, pues son inolvidables.

Escribo esto, porque no temo a morir, escribo esto, porque me arrepentiría de que nadie supiera lo que siento, quiero a todo el que quiero, ellos lo saben, por mas que me quejo del mas tonto que me ve como un loco andante, si, no soy el quijote pero me empeño en pelearme con los molinos del viento, para hacer feliz a las personas que siempre estarán en mí.