viernes, 23 de mayo de 2014

Imaginario suicida

En una tarde llegó la primavera, todo seguía igual, en un banco junto al puerto de la ciudad un hombre espera atentamente un nuevo atardecer mientras se fuma un cigarrillo, paciente, sin darle demasiadas vueltas al tiempo, pues con los años, había aprendido que la paciencia era una virtud fundamental en la vida, ya que la desesperación solo lleva al fracaso más absoluto por apresurarse.
Mientras el cigarro se consumía, el sol descendía lentamente para matar de nuevo otro día, la mar en calma le lanzaba su brisa, que rozaba su cara levemente provocando unas ligeras cosquillas que le daban sensación de abrigo a su solitaria alma.

Vaya vida llevo, pensó. No entendía muy bien el mecanismo a seguir ya que la sociedad no era algo de lo que se preocupaba, pero si lo hacía de las personas a su alrededor y ellos vivían en algo que no entendía, pero solía empatizar bien con la gente y observaba su sufrimiento a simple vista, y eso es lo que a él más le preocupaba, ya que no podía descifrar los entresijos del sufrimiento ajeno, pero sabía entenderlos... por ello cada tarde se encomendaba a los atardeceres para respirar y vivir tranquilo, para ser uno con el mundo natural y dejar a un lado los problemas que nunca debieron ser suyos.

Mientras se perdía levemente en esa reflexión el sol comenzó a fundirse con el mar, el espectáculo era majestuoso, aunque lo había visto aproximadamente durante toda su vida, cada vez que observaba uno le resultaba único, lo sentía cada cual más hermoso, viendo como el sol daba paso a la oscuridad, que después menguaría con el reflejo de la luna en su rostro acompañado por las estrellas, las cuales muchas estarán muertas, pero su luz aún perdura en el recorrido del vasto universo.

Aquel hombre solitario simplemente, una vez visto aquel sublime acontecimiento comenzó a derramar lágrimas, se sentía uno con el mundo, pero se sentía solo con el resto de personas, así que cansado, amargado y desdichado, se levantó de aquel banco y corrió hacia el mar, de un salto se sumergió, soltó todo el aire que tenía en su pulmones para no volver a salir a la superficie. La falta de oxígeno le apretaba a luchar por sobrevivir pero no tenía fuerzas para luchar una vez más, y sin más se desmayó... un hombre incomprendido al que el mundo le había superado por no entender al resto de su especie que luchaba por destacar pisoteando unos a otros. Quizás podría verse como un cobarde que renunció a la vida.

En medio de la nada aquel hombre solitario recuperó su consciencia, se encontraba semi desnudo, tirado en la arena de una playa infinita, las olas hacían que la orilla mojase sus piernas. Cuando alzó la vista y vio lo que ante él se postraba no sintió miedo, matizar que este narrador define a la playa como infinita porque no se divisaba el final de lado a lado, pero de frente se observaba un bosque muy frondoso donde le llevaría la curiosidad, la del hombre solitario, a adentrarse.

Se levantó de su emplazamiento y se sacudió como pudo la arena, recorrió hacia arriba la playa y se adentró en aquel misterioso bosque. Como ya cité anteriormente era un bosque frondoso, los arboles eran inmensos, apenas podía seguir un camino ya que estaba lleno de arbustos con zarzas lo cual provocaba dolor, sus piernas estaban sangrando ya que iba medio al descubierto, a pelo, pero siguió movido por la curiosidad más extrema ya que buscaba en el fondo la civilización, hoy en día pocos lugares en la tierra no están poblados y el como todo humano normal tenía la curiosidad de haber a donde le había llevado aquel extraño delirio del suicidio.

Caminó durante horas por aquel angosto lugar, hasta que a lo lejos vislumbró algo de claridad, pues la frondosidad de aquel bosque no dejaba pasar mucho la claridad. Cuando llegó al claro se encontró de frente con una pequeña cabaña de la cual por su chimenea salía humo. Quien vivirá ahí, pensó. Se escondió en la oscuridad del bosque para observar quien habitaba en tal remoto lugar, el miedo lo detenía pero la curiosidad lo empujaba, tal era la indecisión que simplemente se quedó parado con los ojos clavados en la puerta.

Al cabo de un rato la puerta se abrió, y la vista no podía ser más agradable, pues era una figura femenina, con muchas curvas, cabello rojizo largo, prácticamente llegaba hasta el suelo, sus ojos grandes y llenos de vida mimetizaban con el color del cielo. El corazón de aquel hombre solitario se estremeció, nunca contempló en su vida tal belleza. Cuando ella se agachó para recoger una cesta llena de manzanas divisó sus orejas, puntiagudas como las de los elfos que relatan en los cuentos. Impactado se quedó durante unos instantes.

- No tengas miedo, sal, te esperaba -dijo aquella extraña mujer-.

El hombre es escondió aún más y la reacción de la mujer fue una risa enternecedora.

- Enserió, no tengas miedo no te voy a morder -replicó la mujer al ver la reacción que había provocado-.

El hombre salió de su escondite y se acercó a la choza donde esperaba aquella hermosa criatura.

- ¿Me esperabas? -pregunto el hombre con la voz entre cortada-.

- Digamos que había oído hablar de ti al viento, siempre buscando tu lugar en el mundo -contestó-.

- ¿Has oído hablar de mí, al viento? ¿Acaso te burlas de mí?

- ¿Burlarme de ti? no creo que lo que te acabo de decir sea desconocido para ti... ¿Cuantas veces te has sentado solo para ver el atardecer porque no entendías al resto? -replicó la mujer-.

- Tantas que no recuerdo pero, ¿Eso que tiene que ver?

- Tiene que ver con todo, pocas personas se sienten en comunión con el mundo, la naturaleza no está en la sociedad y tú lo has descubierto por ti mismo, cada día te has sentado pacientemente esperando una respuesta del universo, aquí la tienes, que saltaras del muelle hacia el mar no fue una casualidad, yo te llamé, yo hice que vinieras, yo fui la que provocó que nos uniéramos este día, porque hoy comienza el cambio del mundo y solo unos pocos estamos dispuestos a luchar por ello.

- No entiendo nada, ni siquiera sé donde estoy- dijo patidifuso el hombre solitario-.

- Conscientemente no, no lo entiendes, pero si estás aquí es porque has llegado a una respuesta, y esa respuesta deberás descubrirla por ti mismo porque tiene la llave del futuro de este mundo y puede que del resto de mundos. Ahora entra a la choza y descansa, vienen días duros deberás estar bien descansado, mañana te explicaré el porqué de tu llegada.

El hombre escuchó a la mujer, tenía una voz tan melódica y dulce que simplemente confió en su palabra y se adentró en la choza, encontró una cama y ahí se recostó, cerró los ojos y se durmió.


A la mañana siguiente desilusionado por la ficción que había vivido en aquel banco despertó, aquella visión extraña no llegó a comprender, el mundo seguía igual, en sus sueños se había perdido imaginando una historia que comenzó pero no terminó, al ver el mundo por el mismo camino que seguía cuando sin saberlo se durmió, al agua volvió pero esta vez de ella jamás salió. Nunca la historia de aquella mujer se supo, y la historia siempre quedo inconclusa, por aquel hombre solitario, al que en los mundos venideros de ensueño se le conocería como "El imaginario suicida".

jueves, 22 de mayo de 2014

Ya no es cuestionable

Quiero sentir mi piel en tu arena
pedir tus besos en la luna llena
caricias que suenan a estúpidos lamentos
y perdona... pero es lo que siento.
sonrisas y lágrimas, película clásica
tonterías las justas, querencias intranquilas
boberías interminables que no entiendo
y por más que siento,
no tengo ni un lamento,
por lo menos no sincero...
no me engañas ni a primera instancia
ni a segunda ni a tercera
porque tus palabras son agujas
que no quiero y provocan mi tormento
con heridas que se lavan en la mar
salada... tanto... que incluso escuece
escuece porque nunca me plantee el daño
ni siquiera estar contigo por más de un año,
pero creía que la amistad prevalecería
aunque en la cama, los gemidos se apagaran
y tu imagen, hermosa, de mi mente poco a poco
desaparecería...
ya ves, tonterías que se me ocurren
cuando llega la madrugada entre licores
que no sacian mi ansia de verte
ni callan mi sensación de miedo a perderte
pero tu decisión es irrevocable
y no te arrepientas
porque mi adiós... hoy, ya no es cuestionable.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Atávico

Un pinchazo que derrumba
todo aquello que sentía
en la playa que resido
donde no existe noche o día
espero que salga el sol

camino sobre la arena
meditabundo...
mientras veo que el camino
aun con mil pasos, no avanza...
que le voy a hacer
no se rendir pleitesía al olvido.

Es tan atávico querer tu presencia
que busco entre humos una epifanía
que no llega entre los delirios
de mis pensamientos más abstractos...
recuerdos como fotografías
que enmarcan tu sonrisa frente a mí,
aunque ya no la quiero
aún la pienso pero lo siento,
y cuento que estas lejos
aunque por las mañanas al despertar
pensar en ello te hace sentir cerca.

Maldita playa estancada en el tiempo
ni siquiera las olas traen su sonido
porque tu voz se apagó dentro de mi
tan fácil como apagar una bombilla...
aunque tu sin contar con el interruptor
optaste por romperla en mil pedazos
para apagar mi alma
y dejar en evidencia que no soy persona
que pueda abrirse
que pueda simplemente seguir adelante
porque aunque algún tiempo parece haber pasado
sigo en la misma situación
en esta playa atemporal
donde no existe ningún sentido del tiempo
si tu no manejas las manecillas del reloj
pero bueno,
ya pasará este bache,
eso espero,
y sino seguiré esperando que salga el sol.

jueves, 15 de mayo de 2014

Espejismo difuso

Que absurdo ha sido el desenlace de esta historia de ficción que me vendieron como una realidad absoluta en la que me sumergí creyéndome lo que no existía, por una ignorancia en mí que desconocía pero que he encontrado abruptamente por un egoísmo implícito que yo ya no veía. A veces pienso que poseo una mente atávica que no me deja avanzar porque sigo jugando a los mismos juegos, sin avanzar, simplemente buscando en el mismo nivel el entretenimiento más siniestro.

Pero no puedo culparme a mí mismo, me deje llevar por el esplendoroso amanecer que se plantó ante mí sin previo aviso, sin saludar ni siquiera simplemente entre sabanas nos conocimos y ni siquiera de ellas nos despedimos. Una historia tan hortera que ni siquiera se podría interpretar en ninguna telenovela, ni siquiera en un reality amañado. Vaya mierda de desenlace más estúpido y más vil, aparte de la falsedad del contenido, fue todo el egocentrismo más puro y duro. Llega te revuelve la vida y sin más cuando la suya este mejor y se canse... ¡Oye, qué me voy! y uno que es idiota... se queda mirando su espalda mientras se aleja preguntándose que ha pasado, ¿Ya termino?¿Sin más?¿Después de todo? pues vaya hipocresía ir de sincera por la vida y de filántropa, cuando no eres más que un ser que se oculta en un espejismo para hacer lo que le da la gana... y si, puede que yo tenga parte de culpa por confundirme, pero a pesar de mis delirantes hazañas contra la lógica, por lo menos desde la irracionalidad, fui racional, yo mismo, pudiendo incluso llegar a decir que por una vez nadie puede reclamarme mi incoherencia, porque es que he sido como soy, he sido lo que he querido ser, y he sido por una vez con alguien, ese ser débil que cede ante los sentimientos cuando reconoce o cree reconocer, porque visto lo visto me engañe a mí mismo, a una persona que vale el dolor que representa tirarte al vacío para descubrir que lo que sonaba no era un rio, sino el silencio que dejaría el día que llego la despedida, y la decepción que dejo cuando con silencios represento sus mentiras, dejando la ventana abierta para que yo siguiera con mis cánticos y poemas, pero alejándose a su antojo para que yo no detecte que me trata como un despojo, pero lo siento querida, ya me di cuenta.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Me paro y pienso, luego siento

Me  paro y lo pienso, luego siento, ¿Para qué? esto es un puto despropósito que no entiendo, irrelevante el sentimiento que me absorbe y me lleva a preguntarme cosas que no tienen respuesta lógica, es un sin vivir tan absurdo... cosas que no valen la pena y sin embargo me joden.

Podría escribir más de doscientas páginas acerca del problema y ni siquiera entendería las palabras por más que este bien o mal redactado, por lo que me siento y cuento hasta diez para tragarme las palabras que en realidad quiero decir. ¿Merecido? No lo sé, pero yo solo sé que las cosas las he hecho bien. Bueno, tal vez he pecado sacando lo que realmente soy pero es que no podría hacerlo de ninguna otra manera.
Debería decirle que se vaya a tomar por culo, pero se daría cuenta que me intento hacer el duro, y ese rol, la verdad, no me pega.

Por lo tanto y llegando a conclusiones que no me llevan a ninguna parte, decido que el camino es hacia adelante y no donde estoy parado, por lo que decir adiós, ya no me compensa, pasar del tema y si te he visto no me acuerdo, porque en realidad, la historia está de mi lado y la verdad siempre sale a la luz cuando buscan un resultado.

viernes, 2 de mayo de 2014

Desperté y no estabas

Desperté y no estabas,
sentí morir a mi cuerpo
tembloroso, con miedo
sabiendo que no volverías,
sabiendo que el fin
estaba en el pasado
y aún en mi presente
tu nombre, tu aroma,
tu cuerpo en mi recuerdo
se mantenía.
No quería llorar
porque no ayuda a digerir,
sino que te ahoga,
en el mismo cuento una
y otra vez,
en la misma historia,
que martirio a partir de ahora.
Comprendí el motivo
pero no compartí el idioma,
de saltarse las leyes
en las que me habría consumido,
por querer ser el mensajero
de noticias más que rotas,
siempre cambiante, pero
en el fondo, las mismas...
repetitivas…
pero siempre relatándose
a sí mismas,
¿Puedes culparme?
Vi en ti la magnífica melodía
de un violín sin notas
de un libro sin palabras
de un cuento sin personajes
de un corazón sin amante.
Efímero cuando pasa
el latir de una consonante
porque señales de ausencia
daban por doquier,
canciones asonantes
ante tu desnudez...
que serán el recuerdo
hasta mi vejez,
porque la última vez
que te dije te quiero
un ojo picaste,
mientras mi placer arrancaste
por encima de la quinta cuerda,
que marca la cordura
de aquel loco que te mira,
aunque el dolor, marcado
y destinado
sea incapaz
de ahogar tu nombre,
entre mis pensamientos.