viernes, 22 de agosto de 2014

La niñez que se fue, junto a ti

Paseando por el mar hacia el atardecer
de tu mano cogido me sentía bien
nos acariciaban las olas entre los pies
y te juré que te volvería a ver.

Despedidas que no deberían volver
sentimientos tan abstractos que no lloré
el dilema de tu partida
las manías de tu osadía
y te juro que aún te siento en mi ser.

Cada lagrima que se ha ido al mar
cada rayo de sol en un espejo
de la pared del ayer
todavía recuerdo nuestra primera vez.

No quiero tener que olvidarte
no quiero tener que recorrer
de nuevo tantos caminos
si no es contigo no quiero ver amanecer.

Fuiste todo lo que un día busque
fuiste aquella de la que yo me enamore
y aunque te extraño, no lo niego, me ha ido bien
por ello hoy me despedido de mi niñez.

Nostálgicas ideas, sueños rotos,
palabras vacías entre acordes
del silencio que dejó tu piel
te repito me despido de mi niñez.

Para malos entendidos no existes
para bueno entendedores te fuiste
aquel sonriente que deleitaba los días

maldita sea despedirse de la niñez.

jueves, 21 de agosto de 2014

Paseo a oscuras

A veces me despierto en mitad de la noche y salgo a pasear para observar la tranquilidad de las calles, la falta de ruido, exceptuando algún extraviado como yo. No es difícil imaginar porque una persona en estos tiempos quisiera buscar la tranquilidad a altas horas de la noche, pues muchas veces por el día es insufrible tal cantidad de movimiento, coches para todos lados y sus malditos motores, o aun peor las motos, también las personas que empiezan su rutina con prisas o aquellas otras que vagan sin rumbo en busca de un rayo de esperanza, desgraciadamente, la mayoría sin éxito.

Por suerte a mi alrededor aún estando las cosas mal, notó como las personas que me rodean intentan luchar, intentan esconder sus preocupaciones tras una sonrisa, tras una fachada para no preocupar, o eso creo. No sé cuando la vida se volvió tan extraña. Será que a medida que pasan los años las cosas se complican, las cosas empiezan a ponerse cuesta arriba y nadie tiene remedio para ello.


Pero bueno, las cosas son así, o eso dicen. Empiezo a creer que esto es un sin sentido, me paro a mirar los días y parece que el tiempo está detenido que nada avanza pero cada noche, lo veo, cierro los ojos y ahí está el tiempo castigando mi piel, mi cabeza, transformando mi ser gota a gota, haciendo del ayer un recuerdo, haciendo del mañana el presente, del presente el pasado y del futuro una simple anécdota que pasará antes de lo que pensamos. A veces siento miedo y me escondo bajo las sabanas para que nadie vea mi temor, para que nadie encuentre mi ser, que escondo tras capas y capas de fachadas para que nadie sepa lo débil que puedo llegar a ser, por ello creo que la soledad es un sentimiento constante en mi vida, porque no dejo que nadie se acerque por miedo, por temor a que las cosas se compliquen más aun de lo que ya lo están. Pero, espero que cambie, y sino cambia por lo menos podré estar tranquilo cada noche mientras paseo en la oscuridad.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Guitarra sin cuerda

Vuelve a sonar entre acordes de una guitarra que ya no tiene cuerdas, no entiendo porque periódicamente esa extraña y caducada melodía vuelve a resurgir. Y resurge de curiosidades banales que no vienen a cuento, no sé, siempre he pensado que esa historia estaba conclusa, pero cada vez que sus notas son interceptadas por mis sentidos, un mar de pensamientos me llenan de incertidumbre.

No niego que me llene de intriga sus delirantes argumentos, pero me resultan absurdos porque fue esa guitarra la que me negó su dulce sonido, me dejo las cuerdas, pero se llevo su cuerpo. Su cuerpo... esa tenaz e incansable maquina de sensaciones que aunque lo niego entre mil cañones, me muero por sentir su textura una vez más. Y sí, solo una.

Pero aunque mis ideas ahora se centre en ella, no puedo dejar siquiera que vea mi solitaria e estúpida existencia, ya que si cuatro versos agitan una mañana, no quiero ni pensar que podría provocar si se decidiera a volver a incorporar las cuerdas a esa guitarra, que una vez fue mía y hoy entre contradicciones esta en mi cabeza.


En fin, es difícil pensar en otras cosas cuando la única cosa que quiero es olvidar y seamos sinceros, me olvide de olvidar como se olvida. Sobre todo, porque esa guitarra aunque en la oscuridad de mis adentros, su melodía aún resuena.

martes, 19 de agosto de 2014

La pluma vacía

En una fría mañana de verano una lagrima se mezclaba con un poco de ceniza del cigarro que por despecho consumía, le aterraba el tiempo. Nunca se había planteado el tic tac de las horas que recorrían su reloj cada día marcando el paso de su historia. De repente, mientras se sumergía entre sus miedos, una pluma se poso en sus rodillas flexionadas, ya que se encontraba sentado en un banco en medio de la calle, cuando su distraída mirada se percató de aquella pluma le invadieron otro sin fin de pensamientos, sobre todo se pregunto su historia ¿Cual sería?

Debido a que estaba cansado de pensar en si mismo, de pensar que sería de él de ahora en adelante, ya que su historia pasada le parecía tan banal, tan insignificante,de que sentía que había perdido su tiempo, lo que le había llevado a enrolarse en un mar de angustias aquella mañana. Pero sin saberlo aquella pluma le daría la primera piedra para avanzar en otra dirección, en otra tendencia, así sin sentido se levantó de aquel pequeño banco que había albergado demasiado de su mundo y de su propio ser.

Primero remojó su dedo su dedo con sus labios, una vez levantado, para saber en que dirección soplaba el viento. Soplaba en dirección opuesta a su vista, pero de un giro se puso de frente y el viento aunque era bastante frío y fuerte no lo amedrentó, se dispuso a dar pasos en firme hacia aquella historia que quería descubrir.

Cuando hubo andado un número indeterminado de pasos llegó a un árbol, arriba de él, en una de las ramas divisó un nido perfectamente construido, quizás por aquella ave, quizás por otra, pero que importaba, había olvidado la pluma para pensar en aquel nido. Subió un poco el tronco y encontró dentro de él unos huevos, solitarios, tanto o mas que él, aunque pensó que por lo menos eran varios, que su madre volvería y sin pensarlo se paró debajo de aquel árbol a esperar. Espero y espero sin éxito, aquella ave que tan perfectamente había construido su nido no aparecía. Se preguntaba como era posible que aquella madre hubiera abandonado a sus huevos, como era posible si tanto esfuerzo le había costado construir aquel pequeño nido, rama a rama y tan perfecto, que llego a la peor conclusión posible, aquella ave no volvería.

Y él comenzó a pensar en ello ya que su mañana había sido tan desdichada, tan absurda que centro su interés en una pequeña pluma, no le entraba en la cabeza que un ser que ha traído vida al mundo, que ha hecho algo importante dejando su descendencia para que su propio ser perdurase. Había dejado huérfanos unos huevos, sus huevos, su vida prologada en otra generación.

Y confirmo sus peores augurios aquella ave no volvió.

Durante un momento dudo, pero al poco tiempo una idea cruzo por aquella perturbada mente, criaría a los huevos y haría que esas vidas llegasen al mundo, que vieran un amanecer, un atardecer, que vieran caer la lluvia e incluso que pudieran ver en él, a su protector. Cogió el nido y comenzó a andar. Mientras andaba otra pluma se poso en él, giro la vista y vio a aquella ave, o una similar, la pluma coincidía, y su cuerpo sin vida recogió del suelo.Entendió que nunca abandono a aquellas aves, sino que el destino en favor de él le había dado la oportunidad de hacer algo importante, mientras que aquella ave nunca vería a sus crías nacer y tampoco crecer.

Eso aun lo convenció más para cuidar a aquellos huevos abandonados por este cruel y despiadado mundo, del cual nunca tuvo noticias sobre el sentido que tenía existir en él, en esta broma de mal gusto llamada vida.

Paso el tiempo y aquellos huevos se abrieron, él los alimento, y los protegió hasta que fueron adultos.
Cuando ese día llego les enseño a volar, para que pudieran coger su rumbo en la vida, pero aquellas aves no querían abandonar aquel hombre, ya anciano, que desperdicio su vida algún tiempo atrás, pero que tras ver crecer a aquellos pequeños seres que le profesaban total admiración, se sintió en paz consigo mismo y recostado en un sillón se durmió para nunca despertar. En su testamento dejo claro que quería ser enterrado bajo aquel árbol que le había dado la satisfacción en su vida, y dentro de la misma carta quería que dejaran volar su pluma. Nunca nadie supo su nombre, nunca nadie hizo volar aquella pluma en su honor, pero durante años junto a su tumba donde descansaba, cada mañana unas aves la sobrevolaban y alegraban el paraje con una linda melodía. En su tumba siempre se conservó una frase, que le encontraron escrita en sus últimos relatos de vida.


La soledad a veces es una bendición para la tranquilidad del que la admira, pero la compañía de quien te admira es la mas sublime alegría que puede regalarte esta vida.”

lunes, 18 de agosto de 2014

Ideología de un sin sentido

No se puede defender lo indefendible por un sentimiento que esta obsoleto, tampoco soportar una serie de ninguneos por sencilla comodidad, es decir, por no crear adversidad con nadie.
Pero con el tiempo esas cosas cansan. Cansan porque tu no eres capaz de realizar esas acciones e incluso has entrado en guerras que no te correspondían por defender ese atisbo de amistad que creías que existía, pero que en el fondo no es mas que una absurda cuestión de cercanía, aunque suene feo decirlo, a veces llego a catalogarlo de amistad por conveniencia.

Nadie es perfecto, lo sé, y también sé que soy el primero que tiene miles de defectos, que hablo más de lo que debería y que no siempre acierto. Pero con esas cosas, si me doy cuenta que llego a errar, me disculpo porque no puedo evitarlo, me disculpo porque nadie tiene que soportar mis neuras a pesar de soportar muchas que no tienen que ver conmigo, pero ya ves, ese es el menor de los problemas cuando hay una conexión con alguien. Aunque con el tiempo se aprende que no todo el mundo está dispuesto a escucharte.


Por eso el nombre de esta entrada, “La ideología de un sin sentido”, por que llevo horas meditando y no lo encuentro, no entiendo con que facilidad se puede llegar a sentir tal extremo de decepción, tal extremo de indiferencia hacia personas que querías tener cerca en tu vida, o personas que sin saberlo apreciabas más de lo que tus palabras alguna vez demostraron. Cada loco con su tema y hoy esté será el mio porque por mas que luchas contra ello, siempre habrá un minuto al día en el que una decepción llame a tu puerta.