No se puede defender lo
indefendible por un sentimiento que esta obsoleto, tampoco soportar
una serie de ninguneos por sencilla comodidad, es decir, por no crear
adversidad con nadie.
Pero con el tiempo esas
cosas cansan. Cansan porque tu no eres capaz de realizar esas
acciones e incluso has entrado en guerras que no te correspondían
por defender ese atisbo de amistad que creías que existía, pero que
en el fondo no es mas que una absurda cuestión de cercanía, aunque
suene feo decirlo, a veces llego a catalogarlo de amistad por
conveniencia.
Nadie es perfecto, lo sé,
y también sé que soy el primero que tiene miles de defectos, que
hablo más de lo que debería y que no siempre acierto. Pero con esas
cosas, si me doy cuenta que llego a errar, me disculpo porque no
puedo evitarlo, me disculpo porque nadie tiene que soportar mis
neuras a pesar de soportar muchas que no tienen que ver conmigo, pero
ya ves, ese es el menor de los problemas cuando hay una conexión con
alguien. Aunque con el tiempo se aprende que no todo el mundo está
dispuesto a escucharte.
Por eso el nombre de esta
entrada, “La ideología de un sin sentido”, por que llevo horas
meditando y no lo encuentro, no entiendo con que facilidad se puede
llegar a sentir tal extremo de decepción, tal extremo de
indiferencia hacia personas que querías tener cerca en tu vida, o
personas que sin saberlo apreciabas más de lo que tus palabras
alguna vez demostraron. Cada loco con su tema y hoy esté será el
mio porque por mas que luchas contra ello, siempre habrá un minuto
al día en el que una decepción llame a tu puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario