Empieza un día y lo miras de reojo, no sabes que te deparará,
porque no te lo has planteado. Vale, has hecho planes, pero ¿Y qué? Nada te
asegura el destino, porque aunque quieras controlarlo todo, no puedes. No
puedes, porque es que es impredecible el futuro, y si, vale, lo que tú quieras,
dirás que todo está meticulosamente estudiado, pero las variables son las que harán
de tu día, el día que es, el día que recordarás para siempre, el día que
olvidaras sino lo entiendes, pero al fin y al cabo, es otro día, otro día con
nuevas posibilidades. ¿Llorarás? ¿Reirás? ¿Te enamorarás? Tal vez, pero hasta
que no te lances no lo sabrás. Porque los días más importantes, son aquellos
que traen historias, a las tres de la tarde de un día cualquiera, que no te
esperas.
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