El amor que tenemos que encontrar, se torna difícil, pues
nos hacemos una idea de lo perfecto que sería encontrar esa otra persona que
nos alegre los días. Pero luego te enfrentas con la realidad y te enamoras de
las imperfecciones de otro ser. Te enamoras porque no entiendes su forma de
ser, y te cautiva. Te cautiva porque quieres aprender más, porque quieres
llegar al final de ese rompecabezas que representa su misteriosa personalidad.
Comienzas lanzando piedras a su tejado para ver su reacción, para ver su cara
cuando te observe. Luego sigues investigando su mirada, su forma de reír, la forma
en la que mira tus ojos cuando le dices que no has parado de pensar en ella, de
pensar en lo que sería compartir con ella una vida y media más. Porque tu
corazón te habla a todas horas de ella, generando en ti dos mundos, el real y
el de fantasías donde reside ella, donde te encontrarás cada noche cuando
abraces tu almohada, y te pierdas en tus sueños con ella de manos hacia el
atardecer más absurdo.
Y al final ella te rechaza, o te acepta, si te acepta darás las gracias y vivirás por su amor hasta el fin de tus días, si te rechaza, aprenderás que no existe un prototipo de persona que buscar, ya que en cualquier momento de tu camino, se cruzará ante ti, la persona que se hará dueña de toda tu existencia.
Y al final ella te rechaza, o te acepta, si te acepta darás las gracias y vivirás por su amor hasta el fin de tus días, si te rechaza, aprenderás que no existe un prototipo de persona que buscar, ya que en cualquier momento de tu camino, se cruzará ante ti, la persona que se hará dueña de toda tu existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario