lunes, 21 de abril de 2014

Ocasiones contadas

Hay momentos en la vida en los que hay que conformarse con ocasiones contadas, ese momento en los que hacer algo que te gusta puede llegar a ser nocivo y puede deparar en fatales consecuencias que destrozarían tu ecosistema neuronal.

Es triste que tenga que ser así, incluso hasta el punto de ignorarte a ti mismo para soportar ciertas situaciones que no incluyes en ningún otro caso. Pero, no siempre se puede actuar con lógica. Me molesta desconocer, ignorar por miedo, por un adiós que aún no llegar por un caso negativo que aunque se ve a lo lejos, es eso, está a una larga distancia, pero sino le pongo fin, no sé que pueda ocurrir.

En mi vida hay diversas situaciones que no entiendo, familiares, amistades, sociales, y aunque siempre me ha dado igual estoy empezando a sentir los pesares económicos, eso me molesta nunca he sido una persona que se midiera por el grosor de su cartera. Pero la vida es así, los años pasan, la gente viene y va, los amigos se van lejos, y el amor... bueno digamos que el amor es una cuestión en la que soy propenso a la derrota.
Aunque realmente lo pienso y no puedo hacer nada, apenas puedo controlarme a mí mismo, como voy a poder controlar cada hilo que representa mi extraña aunque interesante vida, me gustaría ser titiritero para controlarlo todo y llevar cada cosa como me gustaría, pero siendo realista, eso le quitaría la emoción.
Cada noche desde hace unos das sufro de insomnio, ¿Qué lo provoca? sinceramente, no lo sé, me paro a pensar y son tantas cosas que no se cual es realmente la que me atormenta.

Y así, pasan los segundos, los minutos, las horas de cada una de las noches lamentándome sin llegar a una conclusión, sin llegar a ningún tipo de idea que me ayude a superarlo, y, ¿Cómo no? alejo a la gente.
Me gusta aislarme en mi mundo, me gusta estar aislado, necesito ayuda pero no puedo pedirla, no puedo meter a nadie más en mis cosas, pues todo el mundo tiene de que preocuparse, y sería egoísta intentar aferrarme a otros para subsistir yo añadiéndole a sus problemas, los míos, es demasiado injusto para ni siquiera pensarlo.

Por eso este deshago pues siempre entre las letras encuentro alguna solución, aunque la verdad, hoy no es un gran día, pues sigo divagando en el papel como divago en mi mente.


Malditos pensamientos, maldita rotonda de ideas que no paran de surgir del temor a aclararlas, porque si aclaro mis ideas, caerá algún que otro adiós, y no quiero decir adiós a mi entorno, que sin llegar a ser culpable es nefasto en cuanto a lo que me provoca. Por eso hoy decido que encantado de conocerlos, pero hoy quiero ser uno, porque siendo todos mi cabeza hace aguas y crea un mar de confusión en lo que no veo nada nada nada claro... la soledad no es la respuesta y decir adiós resulta que puede ostentar la cobardía... realmente... no tengo remedio y nadie merece sufrir por mi delirio, nadie merece soportar a este bohemio loco en el que me convierto cuando el insomnio y el dolor se entrelazan en uno para recordarme que soy solo uno más en un mundo en el que predomina el egoísmo, la falta de empatía, la sonrisa de pega, la palabra falsa, etc… vaya mierda pensar que ese es el futuro que me espera... adaptarme a ello, y convertirme en un ser despreciable que se traiciona a si mismo para encajar, cuando nunca me pedí encajar, ni nunca me ha interesado lo más mínimo, incluso mi forma de ser aislada llega a ser molesta, pues pocos la entiende, pocos la comparten y aún menos les gusta… pero bueno, invirtiendo mi poca cabeza para escribir solvento el problema de perderme en el desierto que ahora es mi habitación, donde hace escasos días escuchaba risas y gemidos, canticos y folclores, donde abordaron sensaciones, que sinceramente mi corazón enternecieron, pero no puedo luchar contra la tempestad sin salir herido, y eso, es algo que aunque no reconozca... no olvido, malditas ocasiones contadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario