miércoles, 11 de junio de 2014

Pensar, pensar y pensar

No puedo querer que pienses
pues no pienso que te intereses
te interesa a ti que piense
por que que piense te hace interesante
pero no exijas sueños estresantes
ya que la vida me da por delante
entre acordes de motores
con mil flores y sus respectivos olores
desafíos incesantes que no interfieren
en mis canticos de la mañana por la tarde
por la noche y al mediodía, suelta amarres
pues sino me entiendes te miro y me piro
porque no vale la pena que pienses
si ni siquiera sientes lo que piensas
ya que si pienso en lo que tú piensas
pensaré que tú ya no sientes
lo que decías que pensabas
pensar, pensar, y pensar
tanto vienes un día como otro, te vas
pero en mis pensamientos
que se supone que no estás
me emborrachas y vuelves sin dudar
pero al día siguiente vuelvo a pensar
y los pensamientos se confunden
con tu forma de pensar
porque pensando te das cuenta
que por mucho que piensas
solo piensas a tu manera
y pensar, pensar, pensar...
a ver si nos decidimos
y dejamos de divagar.
Pensar, pensar y pensar
tanto tiempo pensando
para no llegar a ningún lugar
y ahora pensando
mejor dejar de pensar.

Meditando entre lamentos

En el fondo del abismo donde me encuentro, no existe ninguna brisa, ni rayo de luz alguno... es mi morada y lo ha sido durante mucho tiempo, tanto, que incluso comienzo a pensar que es una realidad que solo yo contemplo pero, ¿Existe otra forma de ver el mundo?

Me envalentono y comienzo a escalar los muros que rodean mi presencia, esos muros que no tienen donde agarrarse, pero aun así no me pienso rendir. Metro a metro mi ascenso se hace palpable, mi mente empieza a abrirse y con cada esfuerzo que me impulsa hacía arriba comienzo a notar en mí sensaciones que tenía bastante olvidadas, y mi mente sin quererlo se sumerge en una montaña rusas de pensamientos que por momentos me asustan, y siento que en realidad no quiero salir, por miedo... porque ya no se luchar contra los elementos, porque para mí ahora todo es nuevo aunque ya lo haya vivido, pues me recomendaron que el olvido significa tener una mente sana, aunque también los recuerdos hacen de ciertos momentos eternos.

Aunque dubitativo no ceso en mi empeño por alcanzar un nuevo concepto de realidad, ya me aburre esta monotonía donde la oscuridad es mi única compañía, mi única amiga, mi única fuente de inspiración en determinados momentos y si, la oscuridad que me atenaza contra las cuerdas es mi soledad más absoluta.
Tras horas de ascenso, vuelve a correr la brisa, dulce brisa que toca mi piel... que me hace sentir un poco más vivo, y cuando más arriba se hace más palpable la claridad un pequeño rayo de sol se divisa sobre mí, y me hace ver el color marrón oscuro de las paredes que ando escalando. No puedo decir que no me esté motivando. Cuando el borde hacia el exterior de mi abismo se postra ante mí, vuelvo a dudar, ¿Salgo? ¿Vuelvo? no sé que me espera y eso como ya dije anteriormente me aterroriza, la cobardía que mantengo ahora mismo no se la deseo a nadie, y no confundamos tener miedo de salir de mi zona segura con el terror a vivir, simplemente es que no entiendo otra realidad que no sea la que lleva conmigo tiempo y bueno, la verdad es que me está dando un yeyo de tanto esfuerzo... tanto físico como mental.

Por fin alcanzo la cima y ante mí, se postra un pequeño prado, iluminado, lleno de vida y de nuevas oportunidades, un mundo por descubrir, ¿Me adentró? creo que sí, ante mí se encuentra lo desconocido, tal vez mi error haya sido esconderme por miedo a esto último. Así qué, ¿Por qué no intentarlo? lo haré...

Viviré sin miedo al mañana, sabiendo que en cualquier momento volveré al maldito abismo porque me vuelva a caer, pero lo importante es volver a subir y volver a creer que en algún lugar, en algún momento, para mí en esta vida surgirá sin duda algún que otro cuento que no termine conmigo en la soledad más absurda meditando entre lamentos.

martes, 10 de junio de 2014

Se apagó tu olor

Se apaga tu olor en mis sabanas
el recuerdo de tu mirada al despertar
el sonido de tu risa
se desvanece tu nombre en el olvido
cada día me resulta más difícil recordar tu cara
pero como concepto sigues presente
no puedo negar mis teorías
de que nunca descarto a las personas
pero si puedo reconocer que ya no es lo mismo
conseguiste que mis ideas cambiasen
a golpes de un látigo imaginario
que me llevo a detestar aquellos sentimientos
que provocabas con un simple buenos días
no te culpo por la despedida
pero si por las formas, no sé
había mil maneras de acabar una historia
pero es así como debió ser
así que no puedo reprenderte
porque no me nace volver a verte
gracias a que tus desaires me han convencido
de que me vendiste una imagen
que no corresponde por eso te descarto
te dejo al margen, sin olvidarte
pero dejándote marchar
porque las despedidas no son mi fuerte
pero tu ausencia es mi presente
y en mi presente otras personas me llenan
con palabras de comprensión
con palabras de admiración
y demás cosas que sin saberlo
me merecía
por lo que a pesar de que intento perderme
en mi baja autoestima
son tonterías
por que en la diferencia está mi filosofía
de decir adiós, fuera de mi vida
pero sin rencor te guardare en mi memoria
para no volver a equivocarme
en otros tiempos con otras historias.

Otro camino

Navego entre mis pensamientos en altas horas de la noche, entre sorbos de café me pierdo en mil delirios que no me llevan a ningún sitio. No sé, ya esto se ha convertido en el pan de cada día, me gustaría ser un robot para tener un botón de apagado, o mucho mejor uno de reiniciado ¿Por qué? pues es bastante simple, para vaciarme y volver a llenarme de nuevas sensaciones y olvidar aquellas experiencias que me han enseñado a defenderme del dolor que provocan determinadas personas o situaciones.

Enciendo un cigarrillo mientras miro por la ventana, la vida continua... ni siquiera a estas horas las personas paran de moverse, eso me da que pensar, me hace preguntarme cuantas historias han pasado frente a mí con cada persona que se me ha cruzado por el camino. Mientras observo a las personas que pasan, me pregunto porque sigo quieto en mi ventana, no sé, es como que al fabricarme me dejaron incompleto, un ser que no sabe desenvolverse en lo más básico que es la comunicación e interacción con los demás para llegar a un fin común, un fin en el que todos salgan beneficiados... pero ya ves, en mis defectos, yo opto por ir a mi puta bola. Porque el beneficio mutuo, lo sé y lo sabes, es una utopía, las acciones desinteresadas, no es que abunden y el egoísmo esta implícito hasta en las portadas de los periódicos más sensacionalistas. Así que, quizás mi forma de ver el mundo no este del todo equivocada.

Mientras sigo viendo como las vidas de otras personas se van cruzando en el camino de mi nostálgica mirada, comienzo a indagar en nuevos horizontes y alzo la vista al cielo para contemplar la luna, que para mí es un elemento de mis fantasías más profundas, pero eso aún no lo comparto con nadie, ¿Para qué? pocas personas se paran a escucharte, y de las que se paran a escuchar tus melodías más íntimas, si no las comparten... no las entienden, así que vuelvo a preguntar ¿Para qué? para que compartir historias que nadie quiere escuchar, aunque he de reconocer que cuando alguien las entiende el mundo parece que nos regala un poco de luz en el recorrido de esta extraña y absurda vida.

No sé, la soledad es tan sombría... incluso asusta, nadie quiere estar solo pero para mí, que sinceramente abrirme a los demás con el paso de los años se ha convertido en un deporte de riesgo, me trae un poco la paz... porque si... que la adrenalina sube cuando descubres un nuevo relato, que el principio es innovador incluso intrigante, pero no siempre el final termina bien, a veces te lleva a tormentos indescriptibles porque tú eres una persona que no sabe controlar sus emociones, que no sabe plantarse antes sus pensamientos, porque aunque la coherencia es lo más sencillo de reconocer, la esperanza de un nuevo amanecer que deriva en un día donde todo cambia para llegar al atardecer que te lleva al más delirante paseo por una playa agarrado de tus instintos... es lo que más nos motiva, y es que la vida sin un poco de riesgo no tiene ni pies ni cabeza.


Pasados los minutos entre los ruidos de los pájaros que son apagados por los motores de los coches... el café se termina y el cigarrillo que tan plácidamente compartía desde mi ventana con el mundo se apaga... vuelvo a pensar que no debo regocijarme en mi dolor porque una historia que me hacia sonreír termine, ya que no hay historia interminable... cuando algo termina, algo que desconoces comienza a surgir lejos de tus sentidos y cuando lo percibes das gracias por el final de aquello y el principio de esto, porque la vida es así... y ahora mismo otro camino se postra ante mi porque una vez más desde mi ventana estoy viendo otra vez amanecer.