Te piraste de mi vida sin cerrar las cortinas para que
pudiera ver de lejos lo que es el mundo sin ti. Pero si te ibas a ir, lo
hubieras dicho a gusto, no hacerme esperar
a que su merced se dignara a maullar
entre acordes de absoluta miseria, evitar que pasara día tras día mirando una
pantalla a medias, ni todos los días preguntándole al espejo si te fuiste para siempre. Bendita ignorancia no saber
tus razones porque aparte de la memoria solo me queda una prenda que te deje
para que tu desnudez se apagara, maldita desnudez que perturba mis pensamientos
cada vez que cierro los ojos. Me saca una sonrisa pensar lo a gusto que estaba
en mi habitación contigo, pero una lagrima se precipita cuando me di cuenta que
para ti era un juguete roto que encuentras después de años con el que jugar por
nostalgia para después tirarlo a la basura.
Aunque bueno no todo es malo ahora rodeado de silencio y oscuridad me doy cuenta de que la que se perdió una gran historia fuiste tú, tal vez no era el momento de decirte verdades que mi ser por ti derramaba, pero al irte al menos me dejaste un pijama de recuerdos y sensaciones que añoro tanto que podría irme del mundo para evitar la concepción de lo que por ti siento, estando tan cerca y a la vez tan lejos.
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