Hoy he decidido dormir boca abajo para no perderme el olor
de tu cuerpo en mis sabanas. Se me hace tan difícil aceptar que te has ido y
que no vas a volver, tan difícil sentir que el adiós es para siempre y no poder
siquiera pedirte una noche más. A veces me hago pasar por alguien valiente y
sin sentimientos para no parecer un idiota que ha sido derrotado por una mirada
que desde un primer momento me cautivo, o por un beso bajo la lluvia que
eclipso mi percepción de la realidad y me hizo comprender que cada segundo, que quería
seguir contigo todos los minutos de mi delicada existencia, ahora patética ya
que no estas.
Ayer cuando salías por la puerta una parte de mi murió bajo
mi fachada de rebelde sin causa, no sé como expresar lo que sentí, ni siquiera
una saga literaria podría describir el sentimiento de vacío que dejo la última
imagen de ti, que conservare por siempre, cuando se cerró la puerta. Fuiste mi
cielo en el suelo de mi habitación cuando desnudos demostrábamos al mundo que
lo ideal es que contigo nada era normal, cada día era una aventura que no
llegaba a imaginar y lo siento, pero siempre llevare en mi cartera tu foto para
recordarme que una vez ame, y que una vez fuiste mía.
Mañana despertare boca abajo y con la almohada mojada porque
en sueños también te marchabas y nunca podre aceptarlo. Sé que la vida debe
continuar, sé que la vida me dará otra oportunidad, pero mañana de nada me servirá
ese absurdo consuelo de que el tiempo todo lo cura. Mañana no saldré de tu olor
para no ver que el sol sigue saliendo sin ti, que el mundo no se para y que tu
no miraras hacías atrás para decirme que fue un error. Porque sé que para ti es
lo mejor, y tal vez para mí también lo sea pero no puedo entenderlo o… no
quiero entenderlo pero sea cual sea la respuesta, mañana volveré a dormir boca
abajo y esperando que en mis sueños seas eterna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario