viernes, 7 de noviembre de 2014

Dormir boca abajo

Hoy he decidido dormir boca abajo para no perderme el olor de tu cuerpo en mis sabanas. Se me hace tan difícil aceptar que te has ido y que no vas a volver, tan difícil sentir que el adiós es para siempre y no poder siquiera pedirte una noche más. A veces me hago pasar por alguien valiente y sin sentimientos para no parecer un idiota que ha sido derrotado por una mirada que desde un primer momento me cautivo, o por un beso bajo la lluvia que eclipso mi percepción de la realidad y me hizo comprender que cada segundo, que quería seguir contigo todos los minutos de mi delicada existencia, ahora patética ya que no estas.

Ayer cuando salías por la puerta una parte de mi murió bajo mi fachada de rebelde sin causa, no sé como expresar lo que sentí, ni siquiera una saga literaria podría describir el sentimiento de vacío que dejo la última imagen de ti, que conservare por siempre, cuando se cerró la puerta. Fuiste mi cielo en el suelo de mi habitación cuando desnudos demostrábamos al mundo que lo ideal es que contigo nada era normal, cada día era una aventura que no llegaba a imaginar y lo siento, pero siempre llevare en mi cartera tu foto para recordarme que una vez ame, y que una vez fuiste mía.


Mañana despertare boca abajo y con la almohada mojada porque en sueños también te marchabas y nunca podre aceptarlo. Sé que la vida debe continuar, sé que la vida me dará otra oportunidad, pero mañana de nada me servirá ese absurdo consuelo de que el tiempo todo lo cura. Mañana no saldré de tu olor para no ver que el sol sigue saliendo sin ti, que el mundo no se para y que tu no miraras hacías atrás para decirme que fue un error. Porque sé que para ti es lo mejor, y tal vez para mí también lo sea pero no puedo entenderlo o… no quiero entenderlo pero sea cual sea la respuesta, mañana volveré a dormir boca abajo y esperando que en mis sueños seas eterna. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario