viernes, 7 de noviembre de 2014

Tarde de invierno

Cuando baje la vista y la vi
no supe que estaba mirando
no supe que estaba ante el cielo
ni que estaba a dos metros sobre el suelo
simplemente me envolvió su sonrisa
mientras sus ojos me decían quiero
mi mente se desvanecía
perdiéndome a mí mismo por completo
la sensación de infinito
se apoderaba de mi ser ante su ser
mi cuerpo se volvió suyo
mi tempestad interior por un gesto suyo
se convirtió en sosiego
nunca sabré su nombre
nunca sabré de donde es
pero lo que si se es quien es,
aquella que paso junto a mi
en un tarde de invierno.

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