domingo, 1 de septiembre de 2013

Mar oscuro

El ruido de los coches entra por mi ventana, el ruido del viento acompaña a mi soledad. “¿Qué hago despierto?” me pregunto mientras veo fluir las palabras. A veces en la soledad de la noche lloro, no sé porque. He llegado a un punto en el que no encuentro una razón concreta para mis sentimientos, es como si me estuviera ahogando en un mar y nadie me lanzara un salvavidas, es extraño, pues a veces siento que empiezo a subir hacia la superficie, otras sin embargo, noto como la corriente me lanza hacia el abismo más profundo de ese mar, ese mar que no está en calma, ese mar que me aprieta y me confunde, que me destroza y me reconstruye, para vapulearme más y más.
Pensarás que estoy loco, tal vez, o simplemente estoy desilusionado, todo lo que he emprendido lo he abandonado, algo debe fallar dentro de mí. Me llamo a mí mismo impulsivo, pero creo que esa no es la definición exacta, quizás sería más correcto, llamarme cobarde, pues me escondo en ciertas excusas para no luchar contra la adversidad, y sin pedir ayuda, no la pido, pero es que solo no se cambiarlo, intentaré pedirla, aunque tenga que reconocer que soy uno más, aunque siempre presuma de ser diferente de los demás-

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