jueves, 5 de septiembre de 2013

Termina un día

Y como termina un día, comienza otro, te miras al espejo y sin darte cuenta eres algo más viejo. Las horas pasan hasta que muere otro día, y ni siquiera te paras a pensar lo que ha sucedido. No sabes si has perdido el tiempo, o si has aprovechado todo lo que podías, pasan más días, meses, incluso años, y notas como tu cuerpo va cambiando, envejeciendo.

Al final te quedarán los recuerdos, algunos tratarán sobre sonrisas, otros sobre lágrimas, además de otros increíbles, con historias inimaginables. Porque la vida es así, pasa y nadie puede pararse a pensar en ella, porque si piensas en ella el miedo te abordará, ya que te darás cuenta de lo limitados que estamos, de lo limitadas que son las etapas que vivimos.

Dicen que hay cosas que nos harán eternos, pero no es verdad, somos seres cambiantes, las tonterías que hacías ayer, te molestan cuando las hacen otros hoy, los que te regañan hoy, son los que ayer eran regañados. Así ha sido, así es y así será.

Por eso despierta, abre los ojos, mira a tu alrededor y siente el aire que te rodea, disfruta de la compañía de los que te aportan cosas, y dile cuantas veces sean necesarias que las necesitas, porque puede que llegue un día en el que no puedas decírselo y te arrepentirás.

Pero bueno, sonríe si estás leyendo esto, todavía tienes tiempo de vivir y aprender a caminar rodeado de lo que necesitas, además de disfrutar de esos pequeños placeres que no apreciamos porque simplemente aún nos tocan de cerca, y si tienes algún remordimiento, sacúdelo, vive por todos aquellos que ya no están, y siempre llevaremos a nuestro lado, porque le debemos vivir lo mejor que podamos.

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