miércoles, 28 de agosto de 2013

El lunar de tu frente

Miré como caían las lágrimas de tus ojos cuando te dije que te marcharas. Me da igual, tanta hipocresía no puede ser buena, por eso el adiós, aunque tarde, llegó.
Pero de repente, tiempo más tarde, te apropias de unas palabras que no tienen nada que ver contigo, ¡menuda ironía! sino te las dije cuando correspondía, no te las diré cuando no las mereces.
Podría contar mil anécdotas, pero hace tiempo que me pareces una pérdida de tiempo, la verdad, no pensé nunca que pudiera llegar a hablar así, pero vamos, tampoco es que no te lo merezcas.
Contaste tu versión, condenando de inexacta la mía, pero ya ves, a mí no me va eso de poner mis intimidades en la calle, una cosa es no tener vergüenza, o hablar demasiado, otra es contar una telenovela que engancha hasta a las personas que van más allá de mi entendimiento. Pero querida, tampoco todo es tan malo, hubo cosas buenas, cosas que recordar, pero sinceramente, lo único que me viene a la mente, es el lunar de tu frente.

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