domingo, 21 de julio de 2013

Lágrima por ignorancia

Encontré la flor más hermosa
cuando buscaba tesoros en la arena,
vislumbre su belleza y no tuve palabras,
sus colores renovaron mi autoestima,
sus pétalos no pude ni tocar
porque eran tan radiantes como el sol
y me parecía blasfemar querer acosarlos.

La contemple durante horas,
horas y horas pensando,
“¿Cómo es posible?”.

Esa pregunta me abordaba constantemente,
constantemente cada segundo que la miraba,
cada segundo que respiraba su embriagador aroma,
que me permitía creer que hay cosas que no sé,
y que hay palabras que aún no he aprendido,
que no hay mañana predicho,
ni pasado mal contado,
solo mal expresado.

Y ahí estaba yo admirando a una flor,
una flor que me miraba con indiferencia,
pero que se ruborizaba a escondidas,
porque sabía que la adoraba,
pero me sentía lejos de ella,
por lo que desistí por que no era para mí,
pero siempre existiría en mis recuerdos,
y eso, me valía para seguir,
porque aunque nunca más la viese,
en mi recuerdo cada día florece.


Tiempo más tarde el viento me conto que una lagrima broto de la flor,
en el momento,
cuando me di la vuelta para marcharme a buscar tesoros,
tesoros que hoy por hoy, no encuentro,
y esa flor indiferente, me echo de menos,
porque recordó que yo era diferente,
porque la observaba sin deseos de poseerla,
porque sabía que ella no quería ser anclada en mi historia,
ahora lamenta que me haya marchado, pero debería saber que nunca la olvidare,
aunque otras flores aparezcan en mi camino,
y que si la vuelvo a encontrar secare sus lágrimas aunque no sea mi destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario