domingo, 28 de julio de 2013

No digas que no te lo dije

Entiendo la ironía de lo imperfecto
llorar por una filosofía que no existe
vivir por una señal que no llega
y soñar entre acordes de un dilema.
Pídele al cielo que no desista
en alcanzar las metas del pasado
la niñez, la madurez, la vejez
Si la comprimimos
¿Qué nos queda?
Nos queda nuestro ser
nuestro verdadero yo
aquel capaz de jugar al azar
aquel capaz de asentarse en un lugar
aquel que no ríe porque llora
aquel que llora por no reír
aquel que tiene ilusión por un adiós
y llora al recibir un saludo.
Diría que es fácil entender lo que nos rodea
porque claramente te rodea el sistema
un sistema que amenaza con tu cordura
para no perderte aquí entre tus locuras.
Total, al final llega a la realidad más obsoleta
la realidad que te explica que sucede
que somos simples seres que nacimos de este planeta
que somos simple casualidad del eterno misterio
que reside en nuestro recuerdo más oculto
pues años y años nos han descrito
cuando la oscuridad llegue
no digas que no te lo dije
y menos te quedes con dudas de acobardamiento.

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