jueves, 4 de julio de 2013

Última fila

Camino por el tiempo,
mirando tus huellas,
no me importan las piedras
que dejan tropiezos,
miro el cielo y grito “siento”,
miro el mar y me callo.

Ya no puedo encontrarte
entre mil desiertos,
solo quiero darte un beso,
que no sepa a nada.

Digo que no pasa nada,
pero en el fondo me estoy muriendo por tu cuerpo.
Si supieras mis cuentos, soplaría el viento,
cuando tú quedaste lejos hace tiempo.

Ya no canto en la ducha,
porque no me sale,
y te digo muchas cosas,
pero ninguna es cierta,
porque ya me estoy volviendo loco de pensar.

Si tuvieras mis sueños,
entenderías lo que siento.
Cuando mi guitarra llora
es porque tú te fuiste
y te quedaste sola.
No me llores pequeña,
porque no puedo darte lo que tengo.
Si pudiera hacerlo,
te daría el mismo cielo.  

Me dices que cuentas estrellas por el día,
y no me dices si cuentas al azar,
o las piensas.
Eso es el destino,
nunca sabes que va a deparar,
me siento como aquel profeta
que relata el futuro en abstractos relatos que todo el mundo relaciona con algo.


Y si ya no puedo más,
que te digo desde hoy, s
i tengo que ir al bar para poderte olvidar.
Déjame en paz, y date el piro al Japón,
a ver si encuentras la tecnología para irte de este mundo y dejas mi existencia en paz

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