lunes, 1 de julio de 2013

La libertad se ha quedado grande

Esta mañana el sol sale como un día cualquiera, el calor abrasaba las calles que son intransitables por el fuego que representaba el astro rey. Pero el ruido de la calle entra por mi ventana cosa que da lugar a la impresión de que, pese a las adversidades climatológicas la vida surge de las cuevas un día más para disfrutar de la bendición que promete el comenzar de una nueva historia. Mi plan era simple tomar una decisión, salir o mantenerme en mi cueva pensando nuevas maneras de avanzar y salir de la monotonía que convive conmigo hace ya tiempo atrás. Las dudas me carcomen, no entiendo porque, ¿Miedo? Tal vez, mi cuerpo no se mueve y mi mente no cesa en dar vueltas en una rotonda donde las salidas son simples, pero el tráfico de neuronas no da facilidad para elegir una entre tantas. Pasa el tiempo, y el tráfico no perdona, sigo dando vueltas en un entuerto que debería ser sencillo, pero cada vez que pongo el intermitente, una nueva idea surge lanzando para atrás mis intenciones y hace que vuelva a empezar mis reflexiones.

No me entiendo muy bien ni siquiera yo mismo, tengo clara la teoría, no es demasiado compleja, si te motivas avanzas, pero eso es un rol que no tomo en estos momentos, la motivación me ha abandonado, igual que muchas otras tantas cosas que no diré.

Me asomo a la ventana buscando un poco de brisa, no la encuentro.
El calor está marchitando todo lo que soñé durante la noche, pues veía un camino a seguir, que aunque abstracto, parecía desembocar en sonrisas acompañado por más sonrisas. Tal vez sea inútil pensar, pues perderse entre tanto pensamiento es una locura, actuar sin pensar trae consecuencias, entonces, ¿Qué hacer? No lo sé.

Debería actuar pero no me muevo, debería gritar pero no me alcanza la voz,  debería llorar pero estoy seco, o sonreír pero no encuentro un motivo. Si me pidieran una idea con sencillez le diría a cualquiera la forma de actuar, es sencillo aconsejar a los demás, observas, analizas, y ves la solución. Pero en uno mismo es otra historia, otra historia que te frena a ti mismo, porque no sabes con certeza en que va a desembocar y te paralizas, te paralizas de tal manera que no comprendes cómo es posible que después de tanto pensar, termines pensando que nada vale la pena y que lo mejor es dormir, para no tener en la cabeza ideas de tiempos pasados en los que la sonrisa no era una opción, era una constante.


La decisión está tomada, pero si la contara la fuerza se iría por la boca, mejor llevar a cabo lo que sea y algún día contárselo a alguien que entienda por lo que estás pasando cuando la libertad de decisión se te ha quedado grande.  

2 comentarios:

  1. jejeje creo que la mejor decisión que se puede tomar hoy es ir a la playa un rato con alguien con quien se pueda hablar :P

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