lunes, 8 de julio de 2013

Ni medio metro

Cuanto tiempo he disfrutado de las cosas que no entiendes,
por puro azar llegaste y no te quisiste quedar,
no seas ignorante, sabes que no me quieres soltar,
aunque luego te vanaglories de decir que te doy igual.

Hace tiempo que ya no te escucho ronronear de lejos,
tampoco susurrar de cerca que me quede y te abrigue esta noche,
pero para que jugar con tiempos si se puede jugar con recuerdos, ¿Verdad?
pues no te confundas de que vives en mí porque no puedo olvidar algunos momentos.

Cuando conoces a alguien tu atención se centra en sus ojos,
por lo menos yo así lo hago, y es que ahí es donde erradica la sinceridad,
una mirada no se puede disimular, se puede manipular, claro,
pero siempre tendrá ese atisbo de verdad que no puede ocultarse.

Y sí, yo ya me había fijado en los tuyos hace mucho tiempo,
y vislumbre en ellos la verdad de tu ser, sincera y fiel,
simpatía desbordante pero miedos a flor de piel,
por eso comprendí que yo no era lo que necesitabas en aquel momento.

Tampoco tú lo eras para mí, pero tampoco es que lo vayas a ser nunca,
no me gusta alardear de personalidad, pero tú me demostraste que podía perderla,
si de una mujer que viniera la dejara ser mi dueña,
una persona con tanto carácter no puede caer a merced de nadie, pero a veces pasa.

Te preguntaras si hablo de ti, quien sabe, ni yo mismo lo sé,
aunque realmente no importa, porque la verdad es que llegar a este punto,
y no saber que la persona que me importa eres tú,
dice mucho de la poca atención que le has prestado a mis señales.

Reiré y llorare lejos de ti, es fácil despedirse cuando nunca hubo un saludo,
ni siquiera la mínima atención me ha llegado, utilizado, y a la basura,
ni siquiera intentaste reciclarme para adaptarme a nuevas formas,
descartaste mis virtudes por tus historias que nadie comprendía.

Que le vamos a hacer, es una tontería pensar en el pasado,
pero aunque cuesta desprenderse del ayer,
no me costara desprenderme de lo que siempre me ha sobrado,
aunque bonita siempre fue tu presencia, te has ganado el destierro por mérito.

Piensa en lo vivido, y si ha sido jugar con una marioneta que luchaba por respirar,
pues así me he sentido en cada instante que buscaba tu aprobación,
en cada momento que buscaba una palabra de agradecimiento por las protestas,
que lanzaba al cielo cuando por cojones me negaba a tu sufrimiento.

Y se acabó, como las historias de los libros que he leído,
el final ya estaba escrito antes de empezar a leerlo,
dicen que lo importante es el camino que lleva a algún destino,
pero este camino no merecía que lo recorriera ni los primero metros

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