miércoles, 31 de julio de 2013

Irreflexivo

Terminamos como podíamos las cosas que no entendíamos. Hay cosas que no deben sacarse de contexto, ni la mitad de los bailes deberían recordarse, pues muchos no merecen mención. Sonreír por una tontería, lo que mil historias buenas no consiguieron rescatar.
Ahora todo es diferente los días tienen mejor sabor al despertar, el ruido del viento no es molesto, es como un susurro que cada uno quiere escuchar.
Olvida las características que no llevan a nada más que a preocuparse de algún que otro resultado. No importa la calidad sino la intención, crear o no crear, vivir o sentir lo que se lleva por dentro, es más que una vivencia, es la experiencia en su máximo exponente.
Me encanta reservar segundos para perderlos, regalarlos o simplemente olvidarlos, como todos los que día a personas que no me interesan, personas que me recuerdan que la noche es más oscura justo antes del amanecer. Y así, así se retuercen en sus camas arrepentidos de no aprovechar al máximo el día, así se muestran heridos por no entender a las personas que son diferentes, y las pierden. Cuando se pierde algo que en el fondo era bueno, antes o después tendrás que darte cuenta, o no, porque no hay más ciego que el que no quiere ver. Pensándolo bien es un dilema sobrevivir pendiente del resto, ¿para qué? Si al final en la carrera compites solo contra ti mismo, si cuando emprendes un deseo, y te cuesta conseguirlo, bajas los brazos, ahí es cuando pierdes ante la única persona que siempre estará contigo. Tú mismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario