martes, 4 de junio de 2013

Desierto

Después de pasearme toda mi vida por un bosque de caminos enrevesados e ilusiones por todos lados, acabe en un desierto, en un mar de dunas donde predominan las dudas.

Camino por él, buscando alguna ruta de escape, pero todas las travesías se hacen una, lo que hace imposible avanzar hacia destino alguno. Me pierdo entre este mar amarillo que no muestra cambios de textura, el sol pega fuerte, y mi esperanza se escapa de mí, por los poros, en forma de sudor.


No desistiré en abandonar este claro, pues la vida no termina hasta que no respiras, pero sinceramente este desierto tiene toda la potestad para acabar con mi existencia si así lo decide mi determinación. Avanzo y avanzo, nada cambia, subo y bajo, nada cambia….


Cansado me siento, y alzo la vista hacia las interminables dunas que a carcajadas se ríen de mí, que me he rendido, aunque a lo lejos, veo un manantial, pienso que mis ojos me engañan, pues cuando los froto, desaparece, malditos espejismos, me desplomo, me duermo y la arena me traga para formar parte de ella. Y ahí en ese instante todo termina, la vida se consume, porque no pudiste con la adversidad, muerto en vida, pero ojala la arena se atragante conmigo, pues la resurrección puede que llegue a mi otro día.


No hay comentarios:

Publicar un comentario