viernes, 7 de junio de 2013

Las escopetas somos así

Cuando dentro de unos años recuerde los momentos que viví cuando pase de los veinte, me daré cuenta de la grandeza de nuestros acontecimientos más sonados.

Nunca imaginaba como acabaría cada día que me reunía con los clave en la locura, pues las escopetas de repente estaban con una caña, de repente en el sur viviendo como podíamos, césped, coches, hamacas en las playas, todo valía para descansar y seguir dando la cara, no es que este orgulloso de nuestros nefastos planes absurdos, pero la diversión y la emoción de lo desconocido hacía que cada minuto acompañado de los que nunca se retiran, fueran diferente de lo esperado.

Mucha gente con poco se queda en tierra, pero en este caso eso no era nunca un problema, pues de la nada sacábamos alguna idea que revolucionaba los planes, hasta el punto que teníamos de todo menos vergüenza. Y si, si le preguntas a cualquiera te diría la realidad de lo que aquí relato, que éramos unos locos desvariados que vivían del impulso y no tenían freno en ninguna hazaña.

Una vez salimos a tomar algo y acabe en un avión para otra parte del mundo con poca idea de lo que nos deparaba y mucho arrepentimiento cuando tocamos la otra tierra, pero a la vuelta unos recuerdos que siempre quedaran marcados, y plasmados en las fotos que nunca borramos.

Otra vez, un día como hoy, como otro cualquiera… nada especial. Me desperté y me conecte al Facebook, un mes después acabe en Ibiza con el resto de la manada, con todos los lujos que
podríamos desear, incluso más de uno fue bestia por una noche, unos chupaban limones, otros bebían agua salada otros, sin embargo, tiraban de morderse el labio para liberar la tensión que Ibiza te infunde en el cuerpo y la mente. Que decir, no me arrepiento de ninguna tontería que haya cometido con esta gente, y creo que es fácil reconocer la autenticidad de las personas con las que viví, revivo, y reviviré cada vez que nos juntemos porque compartimos una etapa de descontrol que muchos quisieran.

Las historias si no se olvidan nunca mueren.


Podrán tacharnos de miles de cosas, muchas buenas, otras tantas malas pero solo se puede resumir nuestra juventud con una simple frase “las escopetas somos así”.

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