viernes, 14 de junio de 2013

Entre mis sueños

Te alejas y no te alcanzo, es un infortunio. Me acerco, desapareces, y en mi soledad me quedo llorando por tus besos. No es posible navegar por un mar de lágrimas, si el silencio, no empuja la vela hasta tu puerto. 

No quiero despojarme de tus recuerdos, pues sobre ti descansa mi presidio, tampoco albergar esperanzas en vano, pues contigo me elevaba sobre los muros del destierro, que ahora en tu ausencia, intento cavar, pues las alas que robaste se convirtieron en garras que hacen daño, y permiten abrirme paso aunque sea creando caminos por debajo de la tierra.


No quiero sutilezas en la despedida, pues no es más que un adiós que no deja indiferente a mí ser. Si quisiera encontrar tesoros, ya lo habría perdido, porque en tus manos deje de ser un mendigo, para convertirme en tu protector en las noches de frío, e intente y fui, alguna vez tu abrigo, ese abrigo que ahora cuelga de un armario en tu alcoba, donde me guardaste sin avisar, que el dolor era parte del olvido, el olvido que me devasto, y rompió en mil pedazos las teclas del piano con el que te compuse sinfín de melodías, las cuales aún recuerdo cada vez que quedo contigo donde único te encuentro, allí, en algún lugar, entre mis sueños. 

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